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Juana Schuster
La noticia Juana Schuster
Dolor y llanto. Sangre y barro en mis pensamientos
porque estas en Vietnam.
Ya mis cartas no te llegan. Sólo me queda
contemplar las fotos en los periódicos. Pantanos, agonía, sangre. Flaqueo de
fuerzas físicas, deterioro de vigor anímico. Lunas demasiado nítidas como mi
pesar.
La chimenea chisporrotea esperanzas. Fuiste como
periodista. Fácil de comprobar para tus captores. Pronto volverás a casa. Me
miento. Es un embuste robado en ese mundo de ciegos donde me introduje. No
quiero ver.
Horror, heridos, desesperanza.
Levanto al niño de la cuna. Contemplo tus ojos en
los suyos. No llegaste a conocerlo. Se quedaron con las fotos que te envié.
¿Sabías acaso que la muerte era una pasajera
posible en ese viaje?
Mostraron ayer a un compañero tuyo. Me estremeció
su estado enfermo y famélico. Su esposa me telefoneó. Intenté animarla. No fue
fácil.
Rebaños de sombras se amontonan y forman mil
dobleces.
Deposito al bebé sobre la almohada. Todo gira a mí
alrededor. Alguien me ató a la rueda de algún carro. Aprieto las puntas del
mantel y se desmorona la taza haciéndose añicos. El reloj me tira campanadas de
bronce para reanimarme.
En cada objeto está encerrado el tiempo móvil y
pleno de vida del ayer compartido.
La voz del locutor, acaba de anunciar que te
fusilaron, porque intentaste escapar.
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