viernes, 3 de octubre de 2014

Celia Elena Martínez


                                DOS AMORES  Celia Elena Martínez


Dos lugares. Dos orillas. Dos amores.

Cuando cruzo el charco y estoy en Carmelo siento que estoy en mi lugar en el mundo.

Es que amo esa comarca que conozco desde que nací. Es un pueblo quedado en el tiempo con un microclima especial. Sobre todo en las noches cuando hay luna llena. Desde mi casa construida  en una cuchilla se ven las luces de Buenos Aires  en las noches sin luna,  oscuras, llenas de estrellas que brillan y puedo contar todas las constelaciones e indagar las que con mi padre buscábamos de chica. Es una visión maravillosa.

Cuando regreso de noche, desde el Ferry en cambio se ven las luces de Buenos Aires y eso también me deslumbra, las veo una hora antes de llegar y a medida que nos acercamos la ciudad es como llegar a N.Y

Amo esta orilla, amo mi ciudad, nací aquí y soy muy “porteña” como nos llaman allá. El estado de ánimo me hace una rara sensación de dualidad,

¿soy una mujer disociada por esto? No,  soy geminiana, bah! no sé, lo cierto es que son mis dos amores por alguna razón.

No hay comentarios: