Un gran día
Laura Delfino
Suena
el despertador como todas las mañanas. A la misma hora y como todos los días,
salvo que hoy Claudia prefiere quedarse unos minutos más en la cama. Cuando
logra despertarse se prepara su desayuno. Unas deliciosas tostadas con dulce y
un café con leche. Repasa su agenda del día. Decide almorzar con una amiga a
quien le manda un mensaje combinando la hora. Luego de vestirse agarra sus
cosas y se dirige al trabajo.
Ese
día prefiere cambiar su recorrido y pasar por el parque donde nota los colores
de las flores, sus perfumes. Todo indicaba que iba a ser un gran día. Llega al
trabajo, busca su escritorio y comienza con su tarea. Cuando de repente se
escuchó un timbre, una muchedumbre avanzó por los pasillos hacia la escalera.
Ella preguntaba que pasó. Las miradas se cruzaban al bajar la escalera. María
decidió hacer lo mismo. Se sentía asustada por no saber lo que sucedía. Corrió hasta llegar a la puerta. Una puerta
que nunca había entrado antes. Toma el picaporte, la abre e intenta entrar sin
saber a donde. Siente un lugar oscuro y frío donde sin saber decide permanecer
ahí. No había ventanas sólo un escritorio. Un compañero la logró ver. Le dice
"vámonos, tenemos que irnos de acá". María sin entender se sienta a
esperar. Prometía ser un gran día. Quizás ella tenía razón. Al día siguiente
suena el despertador como todas las mañanas. Sonaba y sonaba pero esta vez
nadie lo apagó.
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