Vencido
Iris Díaz
El
tránsito es caótico; la mañana, plomo gris, sofocante.
El
hombre, apoyado en el poste del colectivo, mira a lo lejos. En el rostro tiene
cicatrices profundas. Lleva grandes anteojos oscuros, que apenas cubren su ojo
izquierdo, gigante, sin vida.
Una
frenada. Las ruedas chillan contra el asfalto; el hombre baja la mirada.
Como trotamundos,
los recuerdos desfilan en su cabeza.
Otra
mañana, otra frenada, una camioneta golpeando su cuerpo. La tierra lo recoge
blanda y tibia. Qué bien huele la tierra seca del oeste.
El
viento, redondo y musical, aísla su dolor.
El
viento, le da aire a su cuerpo herido y derrotado.
Qué bien
huele la tierra blanda del oeste.
No sabe
cuánto tiempo estuvo tirado. Avistó la muerte cerca.
Ruido de
tierra y hojas secas. Alguien se acerca, lo observa.
-
Terrible accidente, llamá la ambulancia - escucha
Los pasos
se aceleran, las voces aumentan. Una sirena abre paso a la ambulancia.
La tierra
blanda queda lejos, los ruidos son metálicos, la voces bajas. El olor a
medicamentos le llena los pulmones. Intenta mirar. Sus ojos no se abren. Un
pinchazo en un brazo; siente la camilla blanda. Se duerme o se muere, no sabe.
La muerte
en vigilia, paciente.
El hombre
siente el sudor en su cara deforme. Con esfuerzo abre el ojo derecho. Está en
una camilla, en un hueco blanco y frío.
Intenta
levantar un brazo y no lo logra. El dolor le da certeza de vida.
Siente
que alguien toca sus pies. Los mueve. Escucha:
-Che,
este es el accidente de moto que entró a las diez?
-Che, se
mueve! Casi nos mandamos una cagada, menos mal que no lo mandamos al freezer…
-Sacalo,
sacalo, llevalo a sala, dale!
El hombre
se desespera, se queja, no puede gritar, apenas ve por su ojo derecho pegado
con sangre. Mueve las manos, trata de quitarse el trapo blanco que lo cubre.
-No; acá
no se queda, mandalo al hospital del sur. Mirá si vamos a aceptar que estuvo 10
horas fuera de la morgue porque no tuvimos tiempo para entrarlo. Mirá si vamos
a escribir que lo vimos muerto, que en la tomografía lo vimos muerto.
En el
hospital del sur, el hombre fue curado con paciencia, suturaron las heridas de
la cara, trataron de rescatar su ojo izquierdo; era tarde.
No
consigue trabajo.
-Dr.,
necesito un certificado, algo
-Certificado
de qué, negrito?
-Del
accidente, a ver si consigo un subsidio
-Accidente?,
yo qué tengo que ver?
Ud. me
atendió en la guardia doctor, me dijo mi primo que trabaja acá
-No
mientas negrito, no te conviene. No te conozco
-Ud. Me
atendió, se acuerda que me dieron por muerto? Fue el día de muchos accidentes.
No me metieron a la morgue, porque no tuvieron tiempo.
-Estás
inventando, no te conozco, y no tenés cómo probar lo que decís.
Llega el
colectivo, sube. Se seca una lágrima con la manga. ■
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