Juana Rosa Schuster
Yo, que
elegí este lugar montañoso de Gales para
poder escribir tranquila. Me perturba el atrevimiento que posee. Se adueñó de
mis papeles, mis libros, el abridor de cartas, el cenicero de ónix. Me provoca
todo el tiempo, sabe que me siento atrapada por su mirada esquiva y esa agilidad que posee.
¿Qué se
habrá creído ese granuja?.
Debo
concentrarme en este trabajo sobre las costumbres del lugar, sus habitantes, la
idiosincrasia del pueblito.
En este momento lo estoy mirando otra vez. Su
piel me recuerda el cuello del tapado que usaba mi madre en Liverpool.
Me está
empezando a agradar el ratoncillo.
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