El tipo Marcos Rodrigo
Ramos
Y hoy que vivo enloquecido
porque no te olvidé
Ni te
acuerdas de mí
¡Grisel! ¡Grisel!
Contursi-Mariano Mores
Como
siempre esperé en la esquina. Los pibes me cargaban pero no me importaba si podía
estar con ella. “¡Dominado!”- me gritaban cuando me veían cargando sus
carpetas. “Sigue sin novio” me decían sus amigas y me guiñaban el ojo.
Parecía
ignorarlas y caminaba la primera cuadra en silencio pero cuando nos alejábamos
de todos aparecía la Alba que yo quería, la que hablaba hasta por los codos y
se reía cada dos minutos, la que me miraba a los ojos con picardía escondida,
la que me mostraba esos poemas que nadie había visto, la que me hablaba de la
importancia de la virginidad, la que me contaba todo.
Llegaba
a la casa, entonces volvía ya sin el uniforme del colegio y nos sentábamos en
el pequeño paredón del frente y siempre era poco el tiempo para estar con ella.
A
veces aparecía la Alba melancólica, la que hablaba del “tipo”: su príncipe
azul, un hombre alto y elegante que sabía como tratar a una mujer, guiarla,
llevarla a un restorant caro y darle todos los gustos, el tipo casado que
conoció en Gesell hace dos años, el de la hija más grande que ella, el del auto
importado, el del hotel.
Ese
día habían pasado ya dos meses que no la llamaba. Estaba en silencio y seria,
parecía no querer hablarme. Me sentía idiota y disgustado, con tantas ganas de
decirle tanto y sin embargo diciéndole nada. Fue entonces que casi llorando la
abracé sin mirarla y comencé a besar su cuello lentamente. Luego fueron
nuestras bocas las que se juntaron.
-Te
quiero- le dije feliz a sus ojos
Esquivó
mi mirada.
-¿Querés
ser mi novia?
-No
tan rápido- me dijo alejando su cuerpo del mío.
-¿No
te gustó?
-Me
gustó mucho- me dijo antes de besarme de vuelta y despedirse con una sonrisa guiñándome
el ojo.
Feliz
me fui cantando un tango por las calles de Castelar con la misma sonrisa que
ahora se dibuja en mi rostro cuando recuerdo sus ojos, su boca, esa despedida,
aquel tango, Grisel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario