Recompensa pública Susana
del Negro
¡Hay mi Maxi!
$50 y unas facturas para el mate me pidió la comadre del barrio para el
aborto, cuando tú papá me llevó porque no quería saber nada. Como no los llegué
a juntar le di para adelante. Dios proveerá decía la abuela.
¡Pobre mi
Maximiliano! Mucho nombre y poca comida, mucho nombre y poca escuela, mucho
nombre y poco amor. Criándose solito, a los ponchazos, guachito.
Sin papá,
porque desde el día de la comadrona, se borró. Y con una abuela-mamá, envejecida
antes de tiempo.
Y yo
probando suerte en la Capi, con trabajitos de limpieza, cuando el cuerpo ya no
me dió para bailar en los boliches, ni atender clientes y entre el chupi y el
paco quedé perdida.
Después
que murió tú abuela no tuve más noticias tuyas, porque yo siempre preguntaba
por vos y cuando podía te pasaba unos pesitos, como para ir tirando. Ella me
mandaba alguna foto para que viera como estabas creciendo, creo que esta es de
cuando te ficharon la primera vez y le pidió al cana que le hiciera una copia
para mandármela.
¡Hay mi
Maxi! Hoy después de tanto tiempo te re- encuentro en este afiche que dice que
estás muerto y por información por los responsables de tu homicidio ofrecen
$200.000! ¡Cuánta plata!
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