El cuarto Claudia Delli Quadri
Martina
descubrió arriba de la mesa el llavero del papá, era el objeto por ella más
deseado ya que abría esa puerta del cuarto del altillo, ése que siempre fue un
misterio. Miró hacia todos lados para cerciorarse que no había nadie, tomó el
llavero rápidamente, lo metió en el bolsillo del pantalón y comenzó a caminar
hacia aquella habitación que estaba a lo alto de la escalera.
¿Qué
habrá del otro lado?
A
veces se escuchan ruidos, gente que habla, hasta un grito le pareció oír en
medio de la noche. Cada vez que pasa frente a esa puerta apoya su oreja en ella
para tratar de descubrir algo, hasta trató de espiar por la cerradura pero sólo
se ve todo negro. El otro día se acercó y preguntó gritando. ¿Quien está ahí?
¿Hay alguien? Sólo había silencio, a ella le pareció que del otro lado la
estaban escuchando pero no pudo comprobarlo.
Mientras
se iba acercando a la puerta le transpiraban las manos y el corazón parecía que
se le iba a salir del pecho, ya estaba parada frente a ella era su oportunidad
no había nadie a la vista.
Tomó
la primera llave pero era demasiado
pequeña, la metió en la cerradura pero casi se traba, tiró con fuerza y logró
sacarla. Ahora elige la llave dorada, esa que tiene un punto rojo, pero es
grande ni siquiera entra en la cerradura.
Se
escucha un golpe, desde otro lado, Martina se asusta y se le cae el llavero y
las llaves se mezclan. Ya no se acuerda
cuales probó. Trata de calmarse, toma aire, apoya la oreja en la puerta y sólo
hay silencio. Elige la llave que tiene un montón de puntos, la pone en la cerradura,
entra sin problemas, Martina la gira y la llave da la primera vuelta, no puede
creerlo está a punto de descubrir el secreto, ese misterio que la atormenta,
está nerviosa... da la segunda vuelta solo resta bajar el picaporte...
-¡Martina!
Acá estabas, dame ese llavero que me tengo que ir a trabajar.
El
papá giró nuevamente la llave y se fue con el llavero, ese que tiene la llave del
cuarto misterioso. Martina se quedó parada mirando la puerta cerrada y le
pareció que del otro lado había alguien que se estaba burlando.
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