Entre paréntesis Carlos Margiotta
Los escritores son libres cuando escriben frente al
papel. En ese lugar pueden transformar la realidad en ficción y la ficción en
la realidad
de sus deseos.
Escribir es detener el mundo entre paréntesis, y uno
está afuera del mundo, sin hambre, sin sed, sin necesidades. Sólo existe una
compulsión de palabras que brotan para ser elegidas.
No escribo para comunicarme, ni para contribuir a la
cultura nacional, tampoco lo hago para trascender ni ser reconocido. No busco
el éxito, ni dar testimonio de una época, menos pretendo asumir un compromiso
social mediante la literatura, ni hacerme rico. No me importa si lo que escribo
es bueno ni malo, sólo escribo porque me gusta.
El escritor se mueve en una incertidumbre que le
agota los nervios hasta que se encuentra con las palabras adecuadas que lo
albergaran, sólo esas palabras y ninguna otras.
Si no podemos escribir sobre el amor sin haber amado,
ni sobre el odio sin haber odiado, ni de la muerte sin haber muerto, entonces
podemos imaginarlo.
Tengo la impresión de que todo ha sido escrito y por
lo tanto abandono la tarea de escribir, pero al mismo tiempo creo que nada ha
sido dicho, y me pongo a escribirlo.
Siempre escribimos sobre el mismo tema y contamos lo
mismo de diferentes maneras en una eterna reiteración.
Cuando sentimos que las palabras nos cansan o nos
aburren, lo mejor es no escribir nada.
Las palabras aparecen en un lugar casi sagrado que
existe entre el cuerpo y el alma, por eso no escribimos sólo con el intelecto
ni sólo con el corazón. Escribimos con las entrañas.
A veces sabemos por donde empezar un relato, o por
donde terminarlo, otras veces tenemos frases sueltas alrededor de las cuales
construimos una historia. Escritor, no hay palabras se hace palabra al andar.
Para la mirada de un escritor cada hecho cotidiano,
simple e intrascendente, contiene una historia que puja por ser contada.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, sin
embargo la palabra mamá incluye
infinitas imágenes
La diferencia entre la literatura y la poesía
consiste en que la primera nace después del
lenguaje y la segunda mucho antes.
No hay que tomarse en serio lo que uno escribe sino
la literatura es sí misma.
Un escritor no debe preocuparse por el tiempo que
esta sin escribir, un escritor escribe
siempre.
Cuando más zonas oscuras y huecos haya en un
relato,
más puede imaginarse el lector.
Los escritores son grandes tímidos y mejores
mentirosos.
Escribir es sacar a pasear los propios fantasmas para
que jueguen sobre el papel
disfrazados de palabras.
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