VIEJAS
QUIMERAS...
La escena
pareciera haber sido preparada por algún duende travieso, lo nuestro fue como
el mar, que con sus aguas tan cambiantes, es un perpetuo recordatorio de una
lejana soledad... LA TUYA Y LA MIA.
Me acuerdo
hace mucho tiempo, la reunión era en la casa de alguien conocido, los
personajes unas cuantas chicas y algunos jóvenes alegres y alocados típicos de
la época, entre ellos: UN SERVIDOR.
Después de
haber agotado un montón de temas, estábamos hablando de pintura y discutiendo
sobre abstractos y figurativos, ¡de repente apareció!, su presencia fue tan
impactante como una pincelada azul sobre un fondo gris claro.
Al rato se
creó entre nosotros una corriente de afinidad y amistad tan grande, que las
confidencias comenzaron a ser moneda corriente entre los dos.
Me hizo
cómplice de un gran desencuentro amoroso con un muchacho que dejó el barrio,
marchándose tras una utopía para nunca más volver.
Ese era el
motivo por el cual no quería compromiso con ningún hombre, por lo menos hasta
que la herida no cicatrizara..
Después los
años, el tiempo que parecía volar y la marea de la vida se confabularon para
que nuestra amistad fuese un eterno desencuentro.
Hoy, desde
este punto cardinal de mi existencia me di cita con los recuerdos, yo, que en
la calesita de la vida nunca saqué la sortija, solo pido un ferviente deseo.
Me gustaría
que el destino me sorprendiera con una linda jugarreta y que ella, la promotora
de este sueño me recordase desde el fondo de su corazón y que la magia de los
deseos haga un encuentro en cualquier esquina del viejo y añorado barrio de
ayer.
Nos veo a
los dos tomados de las manos y retomando esas lindas pláticas de antaño, sería
un lindo motivo para confesarle que sin saberlo, fue la musa inspiradora de mi
primer verso.
Volando a
bordo de mi imaginación me veo frente a ella, que con un mohín mimoso me pide
que se lo lea, entonces con un poco de vergüenza y secándome un travieso
lagrimón le diría...
Me hablabas
de amores
y del viejo
barrio,
también de
un muchacho
él nunca
volvió,
que se fue
hechizado
tras una
quimera,
fue un sueño
querido
que el
tiempo... mató.
No hay comentarios:
Publicar un comentario