A LA EULALIA LE FALTABAN 5 PAL'PESO
Ha empezado
a nevar y es primavera. Los copos se disuelven en la fonda oscura de la
Eulalia. Claro, siempre se dijo a la Eulalia le faltaban 5 pal' peso.
Nació
silvestre, como las verbenas, pero el hombre y sus circunstancias decidieron
por ella.
Cuando quedó
guacha, se la llevó el patrón, y como el trabajo en la Estancia era mucho,
decidió que no fuera a la escuela.
Creció como
los yuyos, a merced del tiempo.
Cuando el
frío le llovía en los ojos se tapaba, toda, toda, con la cobija de lana de su
abuela, única herencia de su pasado.
Cuando las
ubres, comenzaron a hincharse, la cabrillona fue cabra.
Como caen
los chañares maduros, fue pariendo hijos.
Hijos de la
sed. Del viento. Del hastío.
Siempre se
dijo que a la Eulalia le faltaba 5 pal' peso.
Su ley fue
contraria a la de las bestias.
"Que
nazcan hembras así aumenta la majada."
Esta era la
ley del hombre:
"Que
nazcan machos para que haya más fuerza de trabajo.
Cuando la
única niña se anunció, el parto vino complicado; decidieron sacrificar la niña
por la hembra reproductora.
Al poco
tiempo el vientre fue creciendo como la luna llena.
-"Que
se va en sangre"-
-"Que
el aborto es pecado"-
Ahora las 40
primaveras yacen en una caja de madera.
Los copos se
disuelven en la fronda ingrávida de la Eulalia.
Las cotorras
rezan y murmuran. No hay lágrimas, ni congojas, ni un te extraño. Claro, a la
Eulalia le faltaban 5 pal' peso.
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