jueves, 21 de junio de 2012

POEMAS


Daniel de Cullá

A MI DIOSA SALIMA

Hay en Burgos un Bar Los Dos
(Tu y Yo? ¡Ojala¡)
Donde vienen a montones
Los viejos valentones
Con ardiente corazón
Donde muero Yo de Amor
Dejándote este poema-oración
Y el testamento
De que si muero me entierren
En tu viña
Para chupar los sarmientos
De tu Vida
Y los labios de tu nardo Amor.
No te enamores mi diosa Salima,
No te cases
Porque te acostarás sufriendo
Amaneciendo sufrida.
OH, mi diosa santa Salima
Virgen y mártir de la barra
Hija de un labriego de Villadiego
Y de una bella mujer árabe
De Marrakech
Quiéreme
Y por favor no me digas
"Anda vete, anda vete
Que mis padres no te quieren
Ni un poco
Ni yo tampoco"
Pues en tu Bar Los Dos
Me muero por Ti, diosa de Amor
Y daré una puñalá
A quien te me quiera quitar.
No hay ojos que no te  miren
Ni corazón que resista
¿Recuerdas?
Dos polis nacionales
Han venido al bar
En busca de unos ladrones
Mi diosa Salima
Tus ojos son
Que me han robado el corazón.
Ofréceme tu agua bendita
La lluvia dorada
De tus labios rojos.
Déjame besar
El cielo de tu paladar.

Ana Romano 

ARTESANÍA

Un choclo en la mesa
desgrana
sus perlas
Ruedan
en un plato
como cuentas de rosario
Desafectada
una mano
decide
qué empanada
completa.

CULATA

Degrada
Vagabundos
El golpe
certero.

DISPARO

Fantasmas
desentrañan
la noticia
Bloquea:
el papel
Es la espera
la que
desarticula
Y enmudece
Huye
la respiración
Agusanan
esos
pensamientos
Rodando el carretel
las hebras
se pulverizan.

RENACIMIENTO

Colgajos desprendidos
y que además
resbalan
Es en el hueco profundo
donde
resplandece.

Jon Velásquez

EL NUDO

Un lazo por desanudar,
Tira de aquí, tira de allá.
Deja de enredar,
Apártate y mudo contemplarás,
Que jamás hubo nudo por desenlazar.

MI CORAZÓN

Tres lustros atrás,
La cerradura de mi corazón,
Una misteriosa llave desengranó.
Aprovechando el corredor,
Unos entraron a mirar,
Otros, a robar,
Y algunos, dentro de mi corazón,
Las puertas del suyo abrieron de par en par.
Tres lustros después,
Quien la puerta de su corazón abrió,
Para siempre en el mío se quedó.
Sin saber que hacer,
El que entró a mirar,
Solo se fue.
Con su botín, descubierto, el ladrón,
Huyó para no volver,
No sabía el ladrón,
Que nada puede robarse al corazón.

Silvia Loustau

CARTAS ( II)

Para escribir cartas de amor
no es necesaria
la cautela
ni el orden
tan sólo encender la lámpara
como se enciende el cuerpo
untarse toda,
perfumarse toda
de mieles y sortilegios
elegir la caligrafía más desvelada,
la más humilde.
entonces, se extiende
se acaricia el empeine de sus plumajes
y comienzan a recogerse las palabras
del deseo




No hay comentarios: