AFICHES
“CÓMO SENTIRSE FELIZ”, Así dice el afiche, ilustrado con una joven delgada, cabellos que sugieren brisa, largos brazos extendidos, la camisa blanca sobre un fondo celeste de cielo. Es bella, según los parámetros de la moda.
Más abajo informa cómo se cura todo, o casi todo. De la larga lista de afecciones recuerdo ansiedad, reuma, contracturas…
El remedio tiene un extenso nombre: Cámaras de masaje con piedras de Jade calientes.
Lo de calientes me vuelve al mundo real, y siento quemar mi espalda y mi cabeza bajo este sol persistente de principios de otoño. La vereda anchísima, irradia sopor. Sigo mi caminata rumbo al mercado recordando que yo curo mis dolores, sin discriminar diagnósticos. Simplemente expongo al sol la parte dolorida. Me relajo sintiéndome penetrada por rayos ultravioleta, infrarrojos y todos los demás del espectro, democráticamente, sin preguntarles su nombre. Me entrego a todos. Y logro alivio.
Por qué debería cambiar tan sencilla y placentera terapia, por esta otra? Las piedras ¿son de jade como elemento, o como lugar de procedencia? ¿Son chicas, o grandotas y pesadas? ¿Por qué su calor superaría al del sol? ¿Con qué las calientan?
Ya está, no importa. Como sean, no les hallaría ventajas con respecto a mi método, tan a mano él, a menos que esté nublado. Pienso con algo de compasión que nadie acudirá a este coqueto local que acaba de inaugurarse en el barrio. No le veo futuro en esta zona. Suelen ser muy visitados en otros sitios, pero no aquí. No le auguro éxito. No por maldad sino por sentido de la realidad.
Listo. Al volver, miro sobradoramente a la joven del afiche, y mentalmente le digo: "mirá nena, dejando de lado los parámetros actuales, si medimos la belleza que da la felicidad de luchar por lo que creemos, yo soy, por lejos, más linda que vos, sin Jade, con mi cámara de sol."
Hay un abismo entre quienes sin saber qué hacer con sus vidas entran al spa buscando "sentirse" felices, mientras dure el calor de las piedras de Jade, y nosotras, las de este lado, que "somos" felices en la lucha por un mundo mejor en el que creemos.
A mí me sería absolutamente posible, si quisiera, cruzar el abismo y meterme en tus boxes, aunque sólo fuera por curiosidad. A vos te desafío a pasarte de este lado. ¿Tendrás con qué? Te garantizo que no te arrepentirás. Será como haber vuelto a atravesar el canal de parto.
“CÓMO SENTIRSE FELIZ”, Así dice el afiche, ilustrado con una joven delgada, cabellos que sugieren brisa, largos brazos extendidos, la camisa blanca sobre un fondo celeste de cielo. Es bella, según los parámetros de la moda.
Más abajo informa cómo se cura todo, o casi todo. De la larga lista de afecciones recuerdo ansiedad, reuma, contracturas…
El remedio tiene un extenso nombre: Cámaras de masaje con piedras de Jade calientes.
Lo de calientes me vuelve al mundo real, y siento quemar mi espalda y mi cabeza bajo este sol persistente de principios de otoño. La vereda anchísima, irradia sopor. Sigo mi caminata rumbo al mercado recordando que yo curo mis dolores, sin discriminar diagnósticos. Simplemente expongo al sol la parte dolorida. Me relajo sintiéndome penetrada por rayos ultravioleta, infrarrojos y todos los demás del espectro, democráticamente, sin preguntarles su nombre. Me entrego a todos. Y logro alivio.
Por qué debería cambiar tan sencilla y placentera terapia, por esta otra? Las piedras ¿son de jade como elemento, o como lugar de procedencia? ¿Son chicas, o grandotas y pesadas? ¿Por qué su calor superaría al del sol? ¿Con qué las calientan?
Ya está, no importa. Como sean, no les hallaría ventajas con respecto a mi método, tan a mano él, a menos que esté nublado. Pienso con algo de compasión que nadie acudirá a este coqueto local que acaba de inaugurarse en el barrio. No le veo futuro en esta zona. Suelen ser muy visitados en otros sitios, pero no aquí. No le auguro éxito. No por maldad sino por sentido de la realidad.
Listo. Al volver, miro sobradoramente a la joven del afiche, y mentalmente le digo: "mirá nena, dejando de lado los parámetros actuales, si medimos la belleza que da la felicidad de luchar por lo que creemos, yo soy, por lejos, más linda que vos, sin Jade, con mi cámara de sol."
Hay un abismo entre quienes sin saber qué hacer con sus vidas entran al spa buscando "sentirse" felices, mientras dure el calor de las piedras de Jade, y nosotras, las de este lado, que "somos" felices en la lucha por un mundo mejor en el que creemos.
A mí me sería absolutamente posible, si quisiera, cruzar el abismo y meterme en tus boxes, aunque sólo fuera por curiosidad. A vos te desafío a pasarte de este lado. ¿Tendrás con qué? Te garantizo que no te arrepentirás. Será como haber vuelto a atravesar el canal de parto.
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