skip to main |
skip to sidebar
Jenara García Martín
CUARTA ESPOSA (2°)
Jenara
García Martín
La señorita
Marian sentía curiosidad por conocer lo más significativo de ese casamiento,
inquietud que no pasó desapercibida por Constanze. Y mientras almorzaban la
hizo un resumen del acontecimiento, y
elogiando el modelo dijo que era un diseño exclusivo de uno de los modistos más
destacados de París, sin corte en la cintura, lo cual realzaba su esbelta
silueta y después de hacer un paréntesis en su relato volvió a hilvanar el
comentario y con la mirada perdida quién sabe hacia qué lugar, recalcó que su
cabello dorado brillaba como el sol de
un atardecer africano, y casi opacaba la
tiara de brillantes que sujetaba el velo.
- No me
habías comentado que lucía esa joya – la interrumpió la señora Carla-. Sabes,
hija mía, que tanto yo, como las dos esposas anteriores, la hemos lucido el día de nuestro casamiento.
Era el regalo que hacía tu papá a la
novia. Pero era simbólico, pues según
él, pertenecía a sus antepasados y así pasó de esposa en esposa, como para
lucirla ese día y luego regresar a su
caja fuerte. El que recibía los halagos por esa joya era él y sobre todo en la revista de sociales fue muy destacada
en las fotos que publicaron.
-No lo he
tenido presente, mamá, porque cuando dio comienzo el baile tuvo que despojarse
del velo y ya hasta me olvidé de la valiosa joya y los detalles de cristales en la parte superior del vestido.
-¿Y cuál
ha sido el destino de la luna de miel? –Preguntó la señorita Marian.
- Una
incógnita Marian – respondió la señora Carla.
– Pues yo
mamá, cuando regresen, le preguntaré a mi papá. Siento curiosidad por conocer
ese destino tan misterioso para todos.
- Te
aconsejo no lo hagas. Debes tener presente que tu papá comienza una nueva etapa
en su vida, con este cuarto casamiento. Tienes que dejarles el espacio
exclusivo el cual les pertenece. Tú, aunque sea tu papá y le hables por
teléfono, pasas a ocupar un segundo
plano. Recuerda el comportamiento de Lara en la Fiesta.
- Está
bien, mamá. Tendré presente tu consejo. Y como la señora Lyli me ha invitado a
tomar el té en la mansión el sábado en la tarde, tendré oportunidad de saber
cuándo regresan. Tienes que llamar por teléfono confirmándola, pues mandará su
coche a buscarme y vendrán con el chofer Maurenn y Josefine. Tú, ¿ no te
opondrás a esta invitación?
- No,
cariño. Así tendremos oportunidad de que te relaciones con ellas y podamos retribuir esa atención.
Constanze
festejó la idea de su mamá y dirigiéndose a la señorita Marian, quien no las
conocía, la hizo una breve descripción del delicado carácter y educación de esas hermanitas coreanas y
cuánto le había impresionado la dulzura de su voz; su forma espiritual de
analizar las cosas y la profundidad de los pensamientos, a través de lo cual se
descubría la nostalgia de su tierra y que su rostro cambiaba de semblante
cuando mencionaban a sus padres. .
- Es
lógico, cariño. Tú puedes ser una buena compañía, pues en la mansión será muy
profunda la soledad. La diferencia de cultura y costumbres son muy marcadas
y no creo que David tolere con paciencia
su compañía –, fue el comentario de la señora Carla.
- Yo
opino al igual que tu mamá, Constanze – intervino la señorita Marian -, con
respecto a continuar el mismo trato con
tu papá. Tendrás que esperar un tiempo. Él no te va a abandonar. Pero ten
presente que ya no está solo. Se ha casado y su cuarta esposa, de acuerdo a tu
comentario sobre su comportamiento en la
fiesta, no demostró ser el de una persona tolerable. Os diré que en el club se
comentaba mucho los desprecios que le hacía a tu papá cuando se conoció se
habían comprometido. Le dejaba con los
amigos de su edad o solo, y ella se divertía con los jóvenes. Y si tu mamá no
te lo ha mencionado, yo te abro las puertas de la galería para que lleves a
esas coreanitas tan simpáticas, cuando quieras. Pienso que la invitación que te
ha ofrecido la señora Nelson tiene una doble intención. Iniciar una
amistad por el casamiento de su hija con
tu papá, y que te relaciones con ellas
buscando la oportunidad de que se conecten socialmente, y que les sirvas de guía para conocer París.
Las tres
coincidieron en las intenciones de la invitación de la señora Nelson y
Constanze pensaba que esa relación con
los padres de Lara, le abriría el camino para acercarse a su papá tan pronto
regresaran de la luna de miel. Con cierta sutiliza trataría de averiguar cuál
era la fecha exacta del regreso y así se lo comunicó a su mamá y a Marian.
Se llevó
a cabo la invitación a tomar el té y la señora Lyli se desvivió para que lo
pasaran lo más agradable posible. Habían encargado un servicio de Catareing
de lo más especial y
Eleonore se encargó de que disfrutaran de esa reunión, no sólo con las
exquisiteces que no dejaban de alabar, sino que hasta adornó la mesa con flores
de ciruelos, las preferidas de Maurenn y Josefine que agradecieron con
humildad, pero de corazón. Tuvieron la
oportunidad de comentar que era la flor
preferida en su tierra natal. Se emocionaron al hacer este comentario,
mas lograron con ello que tía Lyli dijera que
los dulces habían sido preparados por el mismo chef que hizo la torta de
boda para Lara y Fred. Constanze se emocionó y las coreanitas cambiaron de
semblante, pero ese gesto sólo duró unos minutos. Comprendieron que tía Lyli
recordaba a su hija y ellas el desagradable episodio. Esa mención le dio pié a
Constanze para preguntarle cuándo volverían de la luna de miel, aclarando que
su papá no había develado el destino, ni el regreso. Su curiosidad no fue
satisfecha, puesto que la respuesta no es la que ella esperaba.
- Querida
Constanze. Tampoco a nosotros nos informaron de los datos de su viaje. Y hasta
ahora no hemos recibido ninguna noticia. Pero te prometo que bien tengamos novedades,
te lo comunicaré de inmediato, telefónicamente.
Antes de
que se retiraran de la mansión, llegó el señor Nelson, quien se mostró emocionado
al encontrarlas aún e intervino en la conversación que acababa de escuchar y confirmó
la promesa de tía Lyli. Fue muy cortés pidiendo a su esposa que repitiera esos
encuentros y que el próximo él quería
compartirlo. Dieron por terminada la reunión y él mismo se ofreció a llevar a
Constanze a su domicilio, acompañado por tía Lyly y las coreanitas que no
podían disimular que esa tarde habían pasado unos momentos felices. La señora
Carla salió a recibir a su hija y fue sincera cuando agradeció a los señores
Nelson la invitación de la cual regresaba, diciéndoles que en cualquier fin de
semana, ella ofrecería una invitación similar
en su casa. Costanze se despidió de Maurenn y Josefine estrechándose las
manos, costumbre de su país a través de cuyo gesto hacían transmisión de un
sentimiento puramente espiritual.
- Has
visto mamá, ¿qué encantadoras que
son?
- Sí,
cariño. Pero hay algo en su rostro que delata cierto grado de tristeza.
Necesitan compañía apropiada a su edad, por lo cual me parece muy acertada tu
compañía y que te hayas ofrecido a mostrarles París. Y si quieres, te repito lo
que ha dicho Marian. Invítalas a que conozcan la galería.
- Lo haré
mañana mismo. Los domingos siempre hay
más afluencia de público y las encantará el ambiente y la temática de la
exposición. Puramente paisajista. Las invitamos a almorzar y en la tarde, nos
acompañas tú a dar un recorrido turístico por el Sena. ¿Qué te parece la idea?
- Muy
acertada, Constanze. Yo me encargo de hacer la invitación a la señora Nelson, esta
misma noche.
-¡Te vas a animar a llamarla tú! -, exclamó
Constanze, sorprendida.
-Ya lo hice para confirmar tu asistencia a la
invitación del té y el trato fue muy cordial. No importa la relación que les
une con tu papá. Mi pasado, es pasado, y mi presente sólo eres tú.
- Cuando
me hablas así, pienso que mi papá no supo valorarte como mujer y menos como
esposa.
- Yo me
casé con tu papá por amor, no persiguiendo su fortuna y consciente de que
cuando perdiera la juventud, que siempre era el motivo de divorcio, me llegaría
a mí también cruzar esa frontera. Con alguna de las esposas anteriores
comentaban que era mezquino, pero yo no tengo que reprocharle ese
comportamiento. Mas el lazo que nos une
ahora a través de tu existencia y reconocer que es buen padre, me hace sentir
un afecto especial por él. Nada más,
hija mía.
- Gracias
mamá por tus palabras, pero no quisiera que los recuerdos desagradables de tu
pasado, vuelvan al presente al haber elegido una cuarta esposa y no te puedo
negar que estoy ansiosa por saber cómo será la convivencia.
- No te
apresures. El tiempo es quien te responderá a esa inquietud. (continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario