A de Alas
... A de Amor...
Cora Stábile
Ana
estaba preparando la comida mientras esperaba que llegara Abel, al hacerlo éste
le entregó una caja con un enorme moño rojo, le había llevado un regalo.
La
joven no reparó en los siete pequeños agujeritos con que estaba perforada la
tapa, pero cuando iba a levantarla él le dijo: "Cuidado que se pueden
escapar...", ella espió muy suavemente y vio a dos hermosos canarios,
amarillo el macho y naranja la hembrita.
Los
instalaron en la jaula que ya tenían preparada y ni bien asomaron los primeros
rayos del sol a la mañana siguiente, el sonoro canto del nuevo amigo los
despertó con alegría.
Era
muy lindo ver a la pareja, daban la sensación de amarse realmente y los jóvenes
disfrutaban mucho esa nueva experiencia.
Pasados
varios días sobrevino la tragedia: el bultito naranja inmóvil en el piso de la
jaula fue el comienzo del drama, los canarios pueden tener problemas cardíacos
y seguramente era eso lo que había sucedido.
La
historia no terminó allí ya que por la tarde escucharon unos ruidos extraños y
al aproximarse a la jaula vieron con asombro como el canario se estrellaba
contra aquellos barrotes que habían custodiado su amor, hasta que logró
matarse.
¿Acaso
podemos dudar que a veces se muere por amor?
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