viernes, 9 de octubre de 2015

Celia Elena Martínez



                                 El pasado  
 Celia Elena Martínez

Una tarde salí apurada de la oficina, caminando por la Avenida me pareció ver a José Maria, hacían tantos años…
Él no era de la ciudad, pero podría estar aquí, porqué no?
Además los años me habían cambiado tanto, porqué no a él. Éramos casi niños cuando vivimos ese amor tan profundo, prohibido por mis padres, profundo e imposible de arrinconar en la mente,  ya que fue el primero, aquel primer beso, dicen que las mujeres guardamos secretos grandes y recónditos como un océano.
El corazón me dio un vuelto cuando lo vi. Apresuré el paso para alcanzarlo y ver si era él , más de cerca, todo me hacía suponerlo, sus rasgos envejecidos , pero los mismos de aquel jovencito, su mismo andar. Todo hacía suponer que era Josema, como yo lo llamaba.
Se perdía entre la gente, en esa hora pico, nunca me pareció tanta…pero yo me apresuraba más y más entre la muchedumbre .
Bajó las escaleras del subte y yo aunque no debía tomarlo, también bajé y lo llamé, ¡Josema!  ¡Josema! José María!!!, pero no respondía, finalmente por el apellido, como hago con mi marido, cuando lo pierdo en el supermercado, no se dio vuelta, había demasiada multitud como para oírme .Quería verlo, hablarle, recordar aquellos dulces años y contarle que nunca lo había olvidado.
Ya en la estación con tanto gentío se perdió de vista, subí al tren, pero resultaba imposible buscarlo en el vagón repleto, era una masa apretujada.
Bajé en la próxima estación y volví a casa, un poco desilusionada, después de todo: Quizás no era él…

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