Carta de Carlo Broschi (Año 1705)
Juana Schuster
Escuchaba cómo discutía con mi padre cuando creían
que el sueño me había vencido.
Usted no quería porque sabía que iban a castrarme.
La escuché llorar sin consuelo. Por las mañanas su
rostro estaba blanco como la cal que cubre las paredes. Los ojos, rojos. Me
daba cuenta de la lluvia en su alma. Conocía yo a ese aguacero convertido en
tormenta para ese corazón fatigado. ¿Sabe una cosa? Hubiese preferido, en esos
momentos, no haber nacido hombre.
Las intenciones de papá eran que estudie con Nicola
Porpora. El profesor de mayor talento musical que hubo en Nápoles.
Él nos visitó y quiso escuchar mi voz. Usted se
retiró a su cuarto. Me di cuenta que estaba quebrada, madre. Cuando regresó con
el rosario en la mano, parecía un espectro. Toda vestida de negro, la cara no
pertenecía al cuerpo. Era el rostro de un ser angustiado.
Sus plegarias no fueron escuchadas. Con seguridad,
pensó en esconderme. No le fue posible.
¿Qué culpa tenía yo que las mujeres no pudiesen
cantar en las iglesias?
Pero, me eligió. Papá estaba orgulloso del destino
del hijo.
Se frustraba su deseo de ver nietos y el mío de ser
maestro de escuela.
Mi padre decía que debía ser operado por esa caída
del caballo. Esto no era cierto.
Una vez efectuada la ablación, dicen que adquirí
voz de soprano. Cierto es que viajé a Roma donde fui ovacionado. En las óperas,
interpretaba papeles femeninos.
Usted nunca vino a verme.
Conocí Viena y Londres. El Príncipe de Gales me
colmó de regalos.
Las cartas que recibía, retenían la humedad de las
lágrimas. Sé que nunca perdonó a su esposo.
En España estuve veinticinco años, porque decían
que mi voz curaría al Rey Felipe V de aquella locura melancólica.
Le envié el dinero para el pasaje en barco. Usted
me lo devolvió por correo.
Conocí el éxito. Alguien me obsequió un
Stradivarius.
Durante mi estadía en Europa, usted partió para
siempre.Fui a su sepelio. Algo muy duro para mí. Permanecí lejos del féretro.
Ayer, un integrante de la corte me hizo la
pregunta. Sí, justo ésa.
-¿Has sido feliz?
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