jueves, 18 de abril de 2013

ANA MARÍA MOPTY



HISTORIAS

Esto de vagar entre hierbas altas, cartón y latas junto al dique, siempre trae algunas consecuencias, por ejemplo, los zapatos. Me refiero al calzado que encontramos sin su dueño. De la ropa que dejan no nos ocupamos porque llega con manchas o quemada. Pero los zapatos se aprovechan pronto y hasta podemos ser generosos cuando algún familiar del propietario solicita para datos o recuerdos. Allí acompañamos en sentimiento, eso tampoco nos cuesta. A las historias no queremos escucharlas. Son demasiadas; siempre iguales y nosotros, en ese caso, perdiendo los zapatos. Tal vez hoy pase el camión. Desde lejos distinguimos su enorme cuerpo verde en el polvo de la siesta. No le guardamos rencor, sería como castigar a los que sin querer nos benefician.

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