CORTOS
Julia del Prado
Las
hojas cuando se sienten amarillas no se suicidan, ellas están de otoño o de
duro invierno; pero luego renacen en la primavera verdes, verdes y Lorca va a
su encuentro y las aplaude, prepara su culinaria de versos con estas hojas y
con la luna, y con el río. Y algunos hombres y mujeres las tornan más verdes,
limpiándolas con dulzura.
La
luna llena dejó su saco nocturno de harina en Los Gigantes de Córdoba, en la
Argentina por sabia decisión. Quería que Los Gigantes se alimentaran muy bien y
fueran más esplendorosos y gorditos, así todos los niños del mundo los verían
desde su ventana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario