Emilio
Yaggi
-Se largó a llover más fuerte y yo, sin paraguas… ¡a correr! Mejor me saco todo esto y lo guardo en el bolso, porque si no, al diablo las hermosas vaquitas de San Antonio de mis auriculares…¡epa!, casi me caigo; estas corridas ya no son para mí. Es que estoy cansada, muy cansada; pasé la noche sin dormir. ¡Aj! no quiero ni acordarme.
-Hola,
¿hay alguien en casa? ¡arriba dormilones! Alberto, bebé… ¡aquí están!
-Hola
Cris, estás mojada y pálida…
-¿Cómo se
portó mi preciosura?
-Bien,
durmió toda la noche. Sólo se despertó una vez a la hora que le correspondía tomar
la mamadera. No dejó ni una gota.
-¿Y vos?
¿cómo estás? ¿descansaste?
-Mal, vos
sabés que estoy mal. No soporto todo lo que nos está pasando…
-Yo
tampoco, me asquea, pero qué otra salida tenemos… ¿qué otra salida rápida tenemos?
¿qué otra cosa podemos hacer? A varias personas les pedí que si sabían de algún
laburito para mí me avisaran, así dejo esta basura… ¿qué otra cosa podemos
hacer?
-Esa es
la eterna pregunta. Anoche mandé mi currículum a un par de lugares, vamos a ver
qué pasa. También me ofrecí para cortar el césped en la casa linda de la
avenida y tengo que ir el martes; algo es algo, ¿no? Se te desarmó una
trencita, Colorada…
-Qué
querés, con tanto trajín; cinco tipos… ¡asquerosos!, ¡repugnantes!...Tengo que
bañarme lo antes posible… ¡qué asco! Necesito purificarme, estar limpia para
abrazar a mi angelito y a vos, pero cuando esté limpia…
-Andá Cris,
hay agua calentita. ¿Te preparo algo para comer o tomamos mates?
-¡País de
porquería! ¡País de porquería! ¡Que a los cuarenta años un hombre ya no sirva
para trabajar! ¿Y los estudios, la experiencia? ¿No sirven para nada? No sé si
en todos lados será igual; sí, los tiempos son así, pero qué me importa, el
jodido soy yo y mi familia. Quedás enganchado con deudas y si no pagás te
embargan todo o te quitan lo que con tanto esfuerzo habías logrado…
¡maldición!, ¡recontra maldición!...
-Alberto,
¡qué pasa? ¿Estás gritando o es la tele? Me pareció escuchar unos golpes…
-No pasa
nada mujer, es la tele, bañate tranquila…después se preguntan por qué los
hombres viven menos que las mujeres, o por qué hay más suicidios entre los
hombres que entre las mujeres…qué otra salida hay…es que vas cayendo en un
pozo, un pozo negro; un torbellino que te hace girar y girar y perder la noción
del entorno y se te pegotea el desprecio propio, ya no ves nada, todo está muy
oscuro, se pierden los valores, te vas hundiendo, te traga la ciénaga…
-Alberto,
me alcanzás la toalla por favor.
-Si
Colorada, ya te la llevo; acá está; ya está el mate listo…
-Enseguida
estoy con vos y con mi corazoncito.
-…y pasás
a ser un cero a la izquierda, un don nadie, nada; se te cierran todas las puertas,
no se te ocurre nada y llegás a esto…
-Listo,
aquí estoy, dame a mi niño, mi dulce, mi ilusión, y dame un beso. Por favor
secate esas lágrimas, no hagas más difícil mi situación. Esto no va a durar
toda la vida; creo que en poco tiempo podré dejarlo y trataremos de olvidar.
Trataremos.
-Sos tan
buena Colorada, no merecés lo que estás pasando…
-Nadie lo
merece, vos tampoco. Dame un mate.
-Sí.
-¡Hola mi
bebé! ¡Aquí está tu mamá! ¡Qué precioso estás! ¿Así que te portás bien, dormís
toda la noche y tomás la mamadera entera? ¡Mi amor! Espero que nunca te enteres
de lo que estoy haciendo, pero aunque lo que hago no sea lo mejor, también lo
hago por vos mi vida, por vos.
-Ahora no
llores vos; valés oro Colorada, y yo soy una basura.
-¡No
vuelvas a repetir eso! La vida ya te dará y nos dará una nueva oportunidad. Te
amo. Abrazame.
-Valés
oro, de verdad…ya vamos a salir de ésta…
-¡Claro
que sí!
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2 comentarios:
Comprometido cuento de Emilio Yaggi, publicado en la revista con voz propia en septiembre de 2011.
Gracias por compartirlo, Carlos.
Saludos cordiales
Analía Pascaner
Gracias por compartir este cuento de Emilio Yaggi, recientemente publicado en la revista con voz propia.
Saludos cordiales
Analía Pascaner
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