martes, 17 de febrero de 2015

Celia Elena Martínez


                        Cósimo Celia Elena Martínez


Todos los vecinos de la cuadra le gritaban a Cósimo que por favor bajara del viejo árbol, temiendo que la añosa rama se quebrara. La anciana no paraba de llorar, implorando y rezando por él. Todos la calmaban y abrazaban.
 Los autos que pasaban, paraban para curiosear  obstruyendo el tránsito, sonaban los bocinazos, para que los autos dejaran paso, poco a poco se llenó de gente, los que caminaban por el lugar se detenían para ver que es lo que pasaba.
 El hecho es que el barrio estaba en vilo. Pero Cósimo  se aferraba cada vez más y no prestaba oídos al griterío que clamaba para que éste descendiera  y evitara una fatal caída.
 La abuela seguía llorando.
 Hasta que a un vecino se le ocurrió traer una escalera y ayudarlo, en ese momento llegaron los bomberos alertados con una llamada de la vecina de la octogenaria.
 La orquilla que  parecía ceder. Llegaron hasta Cósimo  que parecía ir más arriba, pero a tiempo fue tomado de la cabeza, cuando estuvo abajo  la vieja mujer contenta abrazó a su gatito.
 Todos aplaudieron!!!


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