Cósimo Celia Elena Martínez
Los autos
que pasaban, paraban para curiosear
obstruyendo el tránsito, sonaban los bocinazos, para que los autos
dejaran paso, poco a poco se llenó de gente, los que caminaban por el lugar se
detenían para ver que es lo que pasaba.
El hecho
es que el barrio estaba en vilo. Pero Cósimo
se aferraba cada vez más y no prestaba oídos al griterío que clamaba
para que éste descendiera y evitara una
fatal caída.
La abuela
seguía llorando.
Hasta que
a un vecino se le ocurrió traer una escalera y ayudarlo, en ese momento llegaron
los bomberos alertados con una llamada de la vecina de la octogenaria.
La
orquilla que parecía ceder. Llegaron
hasta Cósimo que parecía ir más arriba,
pero a tiempo fue tomado de la cabeza, cuando estuvo abajo la vieja mujer contenta abrazó a su gatito.
Todos
aplaudieron!!!
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