Separación
Juana Schuster
Todo
es silencio dentro de ese nido abandonado. Calabaza muda que insufla recuerdos
que prefiero evitar.
En
el aljibe impenetrable de tu existencia, tampoco hay vocablos.
Lejos
quedó el amor con sus sombras caprichosas.
La
vorágine de la vida nos llevó hasta aquí.
Pero
tu callada garganta habla para mí sola.
Nadie
nos devolverá el rito de las sonrisas cómplices.
Todo
es silencio en el hueco de tus manos tibias.
Estás
inmóvil como esa gaviota de cerámica sobre la mandrágora.
Sin
alterar la cadencia con la que deslizabas tus dedos por el piano, hiciste
trizas las dos palabras hermosas.
Te
transformaste en un espectro esquivo que atraviesa paredes y huye de mi
presencia.
Todo
es silencio en mi mente de juglar desorientado.
Quisiera
que tu aliento de luciérnaga acuda a mis ojos abiertos en la penumbra gris.
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