Alquiler ofrecido
Celia Elena Martínez
Sra. sola alquila habitación a señora
con amplias
referencias y seriedad
Después
de un tiempo de vivir sola, pensé, que podría alquilarle a una señora un cuarto y baño que no usaba. Se presentó
una mujer mayor con buen aspecto, de buenos modales y educada que trabajaba
durante gran parte del día. Más que por el dinero que mal no venía pues me
ayudaría a pagar los gastos del departamento, era porque me serviría de
compañía, sobre todo por las noches.
Pero
un día comencé a sentirme invadida por todas sus cosas que dejaba desparramadas
por doquier. Toma mis libros de la biblioteca que yo mantenía, digo mantenía
porque yo los tenía ordenados por autor y abecedario. Mi cocina ya no es mía,
no puedo entrar ni a desayunar, las cacerolas y enseres no se guardan en el
mismo lugar. Usa mi computadora y siempre pierdo mis archivos. Si toma café
mientras juega a esos infernales juegos de Facebook dejando su taza allí.
Cuando come deja la mesa puesta, mi comedor se transformó en la piecita de
pensión, con el mantel puesto, platos con restos de comida hasta el otro día.
Pensé:
debo tomar una decisión drástica a esta situación.
El
domingo pasado cuando regresó de su paseo habitual del fin de semana, estaban
las valijas preparadas en la puerta principal.
Tomé
las maletas y me fui.
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