miércoles, 6 de julio de 2011

SERGIO GABRIEL LIZÁRRAGA



ABISMO

Y si es un abismo
El que ha sembrado huevos
En el lado
Más fértil de mi palabra.

En la primavera
Nacerán sus engendros,
Para lanzar todo el llanto
En la cuna
Donde mecen al verso
Mis labios.

Estaré aún más lejos
Ardiendo
En el fragor del silencio,
Con el cruel vacío
Mutilando los intentos
Que puedan modelar mis dedos.

Seré un hambriento
Rodeado
De huertos ajenos.

RUTINAS

Sólo repito mis días
A la misma hora abro los ojos
Con la misma sed
Con el mismo hambre
Para no encontrarte
Para perderme en idéntica búsqueda
Con menos luz, con más dolor.

No puedo más que repetir
Cada uno de mis días.
Los recorro
Partiendo
Desde la misma herida.

EXTRAVÍO

Hoy fui católico,
Evangelista, judío, budista,
Metodista, adventista, sintoísta...

Hoy hurgué entre las hojas de una Biblia,
De un Corán, de un Talmud.
Del Popol Vuh.

Hoy recé, medité,
Me flagelé, busqué mi centro.
Hoy divagué por todos los senderos
De la fe.
Busqué respuestas
En la sacralidad de todas las obras.

Y he terminado la jornada
Sin que nada calme el alarido
De mi herida,
Sin encontrarte en mi camino.

Sin que vuelvas
A crucificar esta tempestad
Que me dejó tu muerte.

NO ENCUENTRO TU RÍO

Ha quedado el alma
Sin aliento,
Caminando laberintos,
Enfrentando espejos,
Recorriendo latitudes,
Sin encontrar tus huellas
Sin escuchar tu nombre.

No encuentro tu río.

Y mi boca
Es herida abierta
Donde llueve, como sal,
Tu ausencia.

PASADO

Tú ardías en mi mesa
Y tu carne exquisita abundaba.
Yo te arrojaba sobre las parrillas
¡Y te asaba!

Te devoraba preso de la gula
Aún después de saciarme.
Y con altanería
Arrojaba a los mendigos tus sobras
¡Cuánto me reía de aquellos!
Que esperaban a nuestra puerta
Y yo trataba como perros.

Pero ahora
Tus carnes ya no arden en mi mesa.

Y yo suplico
a los mismos mendigos
Que compartan conmigo tus huesos

SOLEDADES

Me encontré con la ciudad
Otra vez herida,
Y a sus personas
Con señales de sangre.
Me encontré con el monstruo
Que aun respira,
Desgajando en bocados
la esperanza,
Escupiendo nostalgias.
Me encontré con el pasado
Anidando en los ojos,
Y lágrimas nuevas
Despidiendo antiguos adioses.

Me encontré con un pueblo
Sin bosques para leños,
Y con un invierno filoso
Cortando de raíz los sueños.

También me encontré contigo,
Dormías
Musitando mis versos

POEMA

Yo se de silencios.
De horas que se encuentran
Para hablar de sus propias sombras.
Y es en esas horas,
En donde se pierden mis rezos.

Mientras me visto con cruces,
Y repito el verso
Que oculta mi secreto,
La soledad,
Como si fuera lepra,
Castiga la piel
Y exhibe mis huesos

DEBIL RELIEVE

Escalo el muro
Que amordaza su sombra
A la calle
Por donde paseaba tu nombre.

Pierdo trozos de piel
En el ascenso,
Entre rocas horadadas
Por el silencio.

Costosa travesía,
Exagerado esfuerzo,
Para contemplar
Desde la altura,
Tu cruel distancia,
El relieve débil de mis sueños.

2 comentarios:

Maivette Hernandez dijo...

Hermoso, hermoso, no puedo creer la belleza del lenguaje, la capacidad de síntesis, ciertamente puedo sentir su pena... se antoja darle un abrazo
Saludos
maivecuba@hotmail.com

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tan generoso comentario, me invitas a seguir escribiendo! Recibo tu abrazo! Sergio