Fernanda Olinika
El Negro
Ahí
estaba él. Negro, menudito y con grandes ojos que destellaban vida.
Solo,
esperando. Que alguien le de libertad y cariño. Y a mí me sobra cariño. Sabía
que me iba a dar más, de lo que yo pudiese darle.Gritón y encantador. Hoy,
bello como el primer día que me encontró y eligió vivir conmigo. Negro y con
una sola cana que se asoma en tanta negrura. Sus pasos silenciosos, seguros y
sigilosos, a punto de dar el gran salto para obtener un obsequio para mí. Me
acompaña al dormirme y al despertar. Ahí está mi negro bonito. DODO mi gato.
Todo
se veía como siempre. El sillón, la mesita, el televisor. Ahí estaba mate en
mano y unos bizcochitos, viendo el capítulo de la novela que me atrapa todas
las tardes.
Encantadora
y enamorada de su amigo. Todo el tiempo trataba de disimular. Sin embargo
llego el día. Cenando y contándose
historias pasadas, ella le arrimó su boca y lo beso tan inesperadamente que no
pudo reaccionar. Le gusto y siguieron con esta locura imposible. Sabe que no
terminará bien. Porque Camila no iba a permitir que su amiga se quedará con
Juan Ignacio. Los dos están tan apasionados que el calor del amor recorre todo
su cuerpo.
Me
desperté asustada, mi perro a los lengüetazos sobre mi rostro y el agua del
mate quemándome la pierna.
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