miércoles, 24 de diciembre de 2014

Celia Elena Martínez



               Otra historia de mi ciudad  Celia Elena Martínez

¿Quién era esa todavía joven mujer que vivía en la calle? sola con todos sus trastos bajo una tienda de lona como casa , dormía sobre un colchón gastado y se tapaba con cobijas viejas y sucias pero cada mañana prolijeaba todo como si fuera su hogar, se aseaba en un bar que le permitían entrar . No hacia nada, ni siquiera pedía o mendigaba. Comía de la bondad de los vecinos cercanos que siempre le alcanzaban un plato de comida. Estaba en la calle Godoy Cruz y Charcas en Palermo.
Creía que nunca sabría si ocultaba una vida anterior trágica o feliz porque nada decía cuando se le preguntaba. Tampoco quien era ella, se llamaba Margarita y basta.
Un día no la vi más, la vereda estaba vacía, pregunté y me dijeron que había muerto, la habían llevado al hospital descompuesta y nunca volvió. Todo terminó así.
Tenía cuarenta y nueve años y me había crecido una gran incógnita, sobre quien era ella, qué ocultaba, qué le había ocurrido en la vida.
Sólo terminó todo. Una historia más de Buenos Aires, como tantas que esconde la ciudad.
A mí me creció la curiosidad, y fui al hospital y empecé a indagar, al principio no querían hablar demasiado, pero las enfermeras de a poco lo hicieron.
Esta mujer estaba casada y tenía dos hijos, el marido un día desapareció llevándose a los niños con él a otro país de Oriental, era iraní, donde las madres no tienen derecho a sus hijos, él era de una familia con influencias allá y por más que luchó en el consulado argentino y sin dinero nada pudo hacer. Enloqueció y se hizo mendiga a pesar de tener familia. No sólo es una ficción más de nuestra urbe, sino que es muy trágica, muy triste.
¿Cuántas más habrá detrás de los mendigos?

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