A
VÍCTOR
Felisa Gliksman
Manos, manos, manos …
manos que juegan
manos que dibujan
manos que trabajan
manos que escriben.
Manos .... manos ….
hacen sonar una
guitarra
hacen volar sueños ….
de libertad, de fraternidad,
de justicia ….
con risas …. sin hambre.
Imbéciles …. necios….
creyeron que
cortándolas
dejarían de sonar y
soñar.
Y no ….
se convirtieron en
alas ….
se alzaron como
mariposas
y recorrieron el
mundo
llevando utopías por
doquier.
Así son tus manos,
Víctor …
alas de amor …
alas de esperanzas y
sueños
de paz y justicia.
Manos queridas,
manos emblemáticas ….
como tus sueños.
UN SUEÑO
Bella Clara Ventura
Soñar con un mundo
sin fronteras
pertenece a
estructuras superiores del espíritu libre
que de ataduras no
conoce sus alcances.
Mide su alma con la
amplitud de la ajena.
Se mira en el otro
como quien se descubre a sí mismo
frente a su propio
espejo.
Las banderas ondean
en el corazón crecido.
Forman un emblema
multicolor
donde caben todos los
esquemas
Reducidos a uno.
Borrar los linderos
en el corazón crecido
que ya no ve al otro
como extraño.
Unido en la hermandad
que pregona
el mejor individuo,
denominado Persona.
Con la p mayúscula
que lo diferencia de la pequeñez
de sentirse dueño y señor de un terruño.
El planeta precisa de
aperturas.
Los terrícolas somos
uno en esencia.
No importa si somos
de Corea, Vietnam, Colombia,
Francia o
México ni aún del Himalaya o del Lago Titicaca
como tampoco del
continente africano
o de otros lugares
sumergidos en el océano.
Todos formamos una
orquesta que debe
tocar diferentes
instrumentos
para unificar una
sinfonía dulce al oído
y pertinente a las
notas escogidas.
La batuta del
director se empeña en conducir.
Guía de un símbolo de
dirección.
Produce nortes, sures
y costados
al unificar un
universo musical,
digno del maestro que
no se limita a actuar.
Igual se comporta el
mundo.
Cada escala resuena
en el alma universal
donde se esfuman los
linderos
impuestos por el hombre como una defensa,
que se debe obviar.
Limitan el andar
grande.
Se anhela fortalecido
en otras creencias.
El mundo le pertenece
al humano
cuando la mente viaja
sin pasaporte ni cortapisas.
Se eleva y se
ensancha.
Permite nuevos
vuelos.
El trofeo es saberse
de la Tierra, que un día nos llevará al Cielo
sin otro papel que el
de nuestras buenas o malas acciones
en nuestro haber de
hombre del planeta
con su corazón niño
pintado de estrellas.
A
BARTOLOMÉ DE VEDIA
Alba Estrella Gutiérrez
y vienen los
hijos
a desatar vergüenzas y pudores
como aspas de viento llegan
cabalgando las ancas de la noche
con sus nombres pequeños
como ritos
salieron de su vientre
como racimos de luz a la intemperie
grillos de silencio
en la mañana
y vienen los hijos
a poblarme de besos la cintura
y desovillar la muerte
a regresarme
y enlazar mis cejas de alegría
CLOTI JIMENEZ GUZZO
(para las mujeres de
ciudad
Juárez, desde Madrid
, con amor)
Pero
dime amor,
Para
qué quieres
Un
corazón lleno de arena?,
Dime,
Para
qué lo quieres?
Para
qué te sirve?
Tardará
siglos
En
convertirse en tierra.
Dime…
Para
qué lo quieres?
Para
qué te sirve?
Déjalo…..
Déjalo
libre.
ARTEFACTO VECINAL
Leticia
Ruiz Rosado
Tras el asombro de la mañana
los claros sorprenden
la vetusta casa
cada rincón
responde desde su corporeidad
al son de gemidos
un artefacto vecinal
apenas reconoce
siempre es el mismo
por no hacer mudanza en su costumbre
brochea el ventanal de rosados y naranjas
en lontananza suscitan la mirada
y no reconoce al ser
sólo un suspiro
de sus labios versa
al no saber de quién el artefacto sea.
OTOÑO
Hernán Sánchez
El otoño intervino sin avisar y las
hojas empezaron a dolerme
El aire, el frió, el río, mis sueños,
tus dudas
Todo volvió a mí, junto con el otoño
Tus manos secas, tu piel bronceada por
Italia
Mis lágrimas y tu abrazo final
Y el otoño caminó pausado durante unos
meses
Y el sol prefirió dormir la siesta más
seguido
Y mientras las noches se volvían sobre
mí
Seguí dando vueltas jugando a
encontrarte por casualidad
Y, al cabo de un tiempo, el otoño
empezó a hacer las valijas
Y los anhelos mas deseados fueron sacando
los pasajes de vuelta
Y mientras las nubes se tomaban un descanso
Yo volví a dejarte de oler
Al menos hasta el otoño próximo
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