CLAROSCUROS
La
persiana está levantada y un cartel del
edificio vecino ilumina en forma intermitente la habitación. Se ven paredes con
el papel despegado encima del cabezal de la cama y alrededor de la ventana.
Pocos
muebles. La cama, una mesita de luz, un velador con una pantalla roja
descolorida, una estantería con algunos adornos baratos, una silla y al lado
una mesita redonda con un plato de comida sobre la que revolotean las moscas.
Las
paletas del ventilador de techo -que está apagado, es otoño- se ven cubiertas
de polvo.
En
la penumbra se vislumbra la figura de un hombre que amaga por encender la luz
-una lámpara también cubierta de polvo- pero se queda en el gesto. Parece
conformarse con la iluminación del cartel.
Una
mujer desnuda está tendida en la cama. Su cuerpo se aclara y oscurece en forma
sistemática.
Sobre
el piso, desparramadas, las ropas de ambos.
La
mujer comienza a moverse. Tiende los brazos hacia el hombre, pero él no hace
ningún gesto de acercamiento.
No
se sabe si hablan, si gritan, si se quieren, si se odian. La luz exterior crea
claroscuros sobre los dos cuerpos que no se unen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario