ÉL Y ELLA
Él, corroído por los años y la
desigualdad, revuelve los escombros de la vida para forjarse un futuro. Junta
cartones, empuja su carro, hace de los desechos y las sobras de los otros su
cena. Y cada día, engaña a la muerte ganándose la vida.
Ella lo acompaña, a unos centímetros
del suelo, a algunos años de su nacimiento. Revuelve la miseria, intentado
callar los gritos de su estómago vacío. Y se siente “grande”, aunque recién
esté aprendiendo a escribir su nombre. Recolecta cartones y juega a ocultarse
dentro de una caja, la convierte en vestido, la sueña del color que más le
gusta, la transforma en pelota y desafía a la vida a un picadito. Y cada noche,
vuelve a ser niña, demorando el paso del tiempo.
1 comentario:
Realidad triste realidad, siempre hay tiempo para sonreir
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