lunes, 27 de mayo de 2013

FERNANDA LÓPEZ


ÉL Y ELLA 

Él, corroído por los años y la desigualdad, revuelve los escombros de la vida para forjarse un futuro. Junta cartones, empuja su carro, hace de los desechos y las sobras de los otros su cena. Y cada día, engaña a la muerte ganándose la vida.

Ella lo acompaña, a unos centímetros del suelo, a algunos años de su nacimiento. Revuelve la miseria, intentado callar los gritos de su estómago vacío. Y se siente “grande”, aunque recién esté aprendiendo a escribir su nombre. Recolecta cartones y juega a ocultarse dentro de una caja, la convierte en vestido, la sueña del color que más le gusta, la transforma en pelota y desafía a la vida a un picadito. Y cada noche, vuelve a ser niña, demorando el paso del tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realidad triste realidad, siempre hay tiempo para sonreir