Goteras
Estela Garber
Anochece
y una copiosa lluvia cae sobre el techo metálico del galpón. Algunas goteras regaban
los musgos y plantas crecidas entre los intersticios del concreto del piso.
Estas
goteras ya tienen vida propia. Cada una tiene su territorio que con los años
han horadado y ahuecado aún más los agujeros del suelo.
La
tierra asoma y el verde musgo también. Los yuyos hacen malabares para crecer y
buscar hilos de luz en ese galpón frío, oscuro y rancio.
En
el techo metálico cada agujero tiene historia. Ha pasado tanto tiempo de
abandono que éstos tienen sus bordes oxidados y corroídos.
Podríamos
contarlos. ¡Son tantos como un colador lechero!.
El
sereno en sus noches interminables los ha apodado.
Hoy
llueve tanto dentro del galpón que no ha cerrado su paraguas ni un minuto de su
larga tarea laboral.
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