Solo Martha Goldin
Finalmente encontré un buen
lugarcito. Es pequeño pero me acomodé
sin dificultad. Me preocupa que sea un invierno muy frío o lluvioso pero no
sería el primer año difícil para mí. Otra vez pensando, siempre pensando .
Prefiero dormir. Duermo mucho, casi todo el
tiempo . Es que cuando estoy despierto pienso, pienso. ¿Cuándo perdí mi casa?
¿En qué momento me encontré en la calle con unas pocas pilchitas , estas
frazadas, el mate y eso sí, mi termo. No sería yo sin mi termo. Pero ¿acaso soy
yo durmiendo en la calle, agazapado en la noche oscura, con la memoria intacta?
Cierro los ojos y te veo.
Veo la mesa familiar, escucho las risas , huelo la comida humeante
Fueron los noventa, ya sé .
Escucho a otros que, como yo, se quedaron así en esos días.
La familia se desintegró. Me
alejé avergonzado, loco de dolor y de furia. No conseguía trabajo, rodaba de un
lado a otro.
Primero se fue Rosarito vaya a saber con
quién, después Raúl que se metió en un grupo muy raro y un día vos, con esa tos persistente, cerraste los ojos y
me dejaste aquí.
Solo.
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