Soy adoptado Celia E. Martínez
La señora
Teresa no me quiso. Fui adoptado por Lucía, una señora muy buena,me quiso
enseguida, me mimaba y me cuidaba. Al principio tuve que tomar mamadera. La
señora me la daba con cuidado porque apenas podía tragar hasta que me
acostumbré.
Me tenía
mucha paciencia, dormía con ella en su cama, era muy chiquito y tenía miedo que
me pasara algo durante la noche.
Todos los
días iba a pasear con ella , me llamaba su bebé .Me acariciaba y me daba besitos,
me sentía querido y mimado.
Cuando
crecí un poco comencé a comer. Ya me dejó jugar en su jardín y comencé a tener
amiguitos, juntos jugábamos y corríamos. Me gustaba el sol porque sentía su
calor.
Cuando
llegó el invierno me cubrió con abrigo y me tapó en la cuna que me había comprado.
Era feliz de haber sido adoptado.
Uno de
mis paseos favoritos eran ir al campo que la señora Lucía tenía cercano a la ciudad,
porque ahí me dejaba jugar libremente, no había peligros, ahí también encontré
compañeros de juegos y correteábamos por el parque, a la hora de comer debía
entrar a la casa, me día vení bebé es hora de comer, antes de hacerlo me
lavaba, entraba sucio .
En el
verano fuimos a la playa, allí también podía correr, me gustaba entrar al mar.
A la hora de irnos me levantaba y sacudía la arena. Me compró juguetes allí, el
que más me gustaba era la pelota.
Una tarde
que paseábamos, una señora que iba por la rambla le dijo: que hermoso como se
llama, Tobías: le contestó, lo adopté de muy chiquito L a señora que me lo dio
no lo quería y yo necesitaba una compañía y alguien a quien darle todo el amor
que tengo, no tengo hijos y mi marido había muerto hacía poco, me sentía vacía y
sola y él necesitaba amor por eso lo mimo tanto y lo cuido tanto, para mí es
como un bebé, Tobías llenó mi vida.
Yo
orgulloso caminaba con mis cuatro patas a su lado. La otra señora le dijo -que
importante es la adopción de perritos que otros no quieren-
Así crecí
con el cariño de quien me quiso adoptar y me dio su amor.
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