viernes, 17 de julio de 2015

Celia Elena Martínez



Vocación  Celia Elena Martínez

Hace cuarenta años llegó desde los Alpes italianos con sus padres.
Tenía apenas cuatro, desde chiquito había sido el cómico de la familia, siempre con ocurrencias, actuaba para todos, habló desde muy temprana edad, y aprendió rápidamente el español.
En el patio del conventillo divertía a los demás niños y se las ingenió más tarde para crear un teatro de títeres que él mismo confeccionaba y escribía los libretos de cuentos que se le ocurrían con su profunda imaginación.
A los siete años lo llevaron al teatro Albarden, Gianni era uno de los más chicos y pronto su histrionismo imitaba distintos personajes que veía en la casa donde vivía o por la calle o del circo cuando su padre lo llevaba.
En la escuela de teatro los profesores lo veían como un chico prodigio, tanto que terminaron por becarlo en un instituto más importante donde había jóvenes mayores que él, así Gianni comenzó a actuar en obras poco importantes pero conocido en el ambiente independiente donde era visto por figuras conocidas y pronto llegó a oídas de directores que buscaban   talentos nuevos.
Cuando llegó la televisión lo hicieron hacer papeles en programas con audiencia del momento allí, se hizo popular a pesar de sus escasos doce años, de inmediato lo contrataron en obras profesionales.
A los diecisiete era un gran comediante, reconocido por el público, sus padres opinaban que con esa carrera iba a pasar hambre, que no era lo que ellos habían soñado para él.
Pero pudo más su amor a las tablas, el ambiente, tenía una gran vocación por lo que hacía.
Hoy es un hombre reconocido como figura tanto en la comedia como en lo dramático, es un representante dúctil y todo lo que hace.
Ha tenido diversos premios a su desempeño y aquel chiquilín venido de los Alpes italianos que no ha perdido el acento ni sus costumbres hoy es uno de nuestros mejores exponentes del espectáculo.
Cantando tiene un registro de tenor que le ha valido ganar un concurso impensado, porque nunca lo había hecho.
Se ha ganado nuestra admiración.
Aquel chiquito venido en un largo viaje, cruzando el Atlántico hoy es un gran histrión de la escena nacional.

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