viernes, 5 de noviembre de 2010

ESTELA ADRIANA FAVIA


CAMBIOS
 
Te habías convertido en un hombre dócil, cuando se notaban aquellos logros inesperados. Él que te conocía podía ver esos cambios, tan sólo con tu forma de hablar amable y serena. Nada tenías que ver a ese ser violento. ¿Recuerdas?. Vivías a las piñas por una cosa u otra, siempre a las trompadas.
¿Y entonces, qué había sucedido?, ¿Te habías convertido en un hombre dócil? Después de tanto odio que te llevó a sacar lo peor de vos. Luego, un ser de luz nació en tu persona. Tal vez, aquella mujer que te señalaba algo diferente en la vida, amor, cordialidad, calidez, simpatía.
Aparentemente ella habría contagiado en tu persona, un alma dócil, algo poco esperado, jamás creído. Pero observo, que sólo fue por poco tiempo.
Cuando ella se alejó de vos, tu esencia salió a la luz…porque ésta no cambia. Todos creímos que tu vida había dado un vuelco, que eras dócil, manejable, pero todo volvió a ser como antes, un hombre necio, sin paz ni gloria, peleado con la vida, insoportable.

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