sábado, 27 de enero de 2018

Ruben Amato


Informe sobre necesidades 
Ruben Amato

Quedan pocos rastros de lo que era nuestro mundo. La devastación fue tal sutil que casi nadie parece recordar lo sucedido. Lo que causo mas estragos en las mentes fueron los celulares la  famosa tecnología  hasta  que nos transformo en seres infanto/ dependientes. Nuestras existencias tuvieron que empezar a ser exponsoreadas para tener al menos una identidad que nos sostuvo un tiempo.. Las patrullas ciudadanas auxiliaron psicológicamente  a los mas desquiciados para que al menos podamos recuperar un  veinte por ciento de la poca salud mental que el contexto destruía en segundos. La locura encubierta, en el primer descuido, lo contagiaba todo. Las almas mas serenas tuvimos que escondernos en los bosques donde las señales de wifi y los drones no nos inocularan el veneno de la desmemoria.
Durante años los medios de comunicación trastocaron las viejas ideas sublimes como el respeto y la certidumbre. La palabra "proyecto" fue cambiaba por el sonido "plan".
Cada uno de nosotros, los supervivientes  andamos por ahi perdidos, tratando  de buscar un nuevo sentido, algo, como para seguir vivos... de alguna manera escaparnos ... mediante la poca imaginación que aun no había sido afectada.
Los referentes se nos fueron muriendo de penas y de olvidos.
Ahora solo nos queda esperar pacientemente que nuestras neuronas vuelvan a fabricar sueños propios y esperanzas renovadas  ya que anduvimos mucho muchísimo tiempo con deseos prestados y futuros imaginados por otros.
Por ahora  la tarea que mas nos reconforta  es hacer cosas y ocuparnos de los demás, la vieja idea de la solidaridad nos repara a todos, zonceras cotidianas para provocarnos la risa... hacen que todo esto que nos destruyeron comience a tener sentido.

Para que los pocos indicios que poseemos para regresar al estado de cosas que nos daban felicidad se conviertan en caminos con senderos nuevos, rutas hacia la armonía posible y ciudades con gente a la antigua (esa clase de personas que pueden reconstruir el mundo todo (de nuevo) tendríamos que recuperar por diez minutos la memoria y contarnos el cuento hermoso de la vida.

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