domingo, 21 de agosto de 2016

Juana Rosa Schuster

                                             Juana Rosa Schuster

NO TE DIRÉ

Me miras con desconfianza
y tu alma se deshilacha en penas.
Frente a mí, desandas las sombras
de mi espíritu en colérica mirada.
Ya lo sabes o lo intuyes,
o alguien del villorrio te lo ha contado.
Como un péndulo sin movimiento,
estoy yo, petrificada contra el muro del cuarto.
No te diré que me dejé llevar por la marea,
una marea alta, que sumergió mi cuerpo en un mar.
Un mar, que no busqué, no esperé, no provoqué,
vino solo sin llamados ni súplicas.
No me resistí, no me negué, no pensé en ti.
Me entregué como la primavera se da al verano,
como el otoño hace brotar el invierno.
Y sigues frente a mí con tu incertidumbre,
mas yo, me libero de culpa, que Dios me perdone.
Hubo alguien quien avivó mi fuego interior,
ese gitano que es el viento del gozo y
mi tormento.

AMOR 

Golondrina tibia, tu voz,
resonando en mis oídos.
Azul celeste, tus ojos,
vaticinando un encuentro.
Ramas seguras tus brazos,
adelantando un abrazo.
Sonrisa perpetua en tu boca,
demorando ese beso, que tanto deseo.
Crisálida frágil, tu presencia,
marcando el follaje de tu pelo moreno.
Pléyade de estrellas, tu canto,
llamando a las ninfas del bosque.
Joya opalescente el tenerte,
desafiando el tiempo y sus días.
Nívea flor, tu nombre…
Recostado sobre mi alma.
 

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