Juana Rosa Schuster
NO TE DIRÉ
Me
miras con desconfianza
y
tu alma se deshilacha en penas.
Frente
a mí, desandas las sombras
de
mi espíritu en colérica mirada.
Ya
lo sabes o lo intuyes,
o
alguien del villorrio te lo ha contado.
Como
un péndulo sin movimiento,
estoy
yo, petrificada contra el muro del cuarto.
No
te diré que me dejé llevar por la marea,
una
marea alta, que sumergió mi cuerpo en un mar.
Un
mar, que no busqué, no esperé, no provoqué,
vino
solo sin llamados ni súplicas.
No
me resistí, no me negué, no pensé en ti.
Me
entregué como la primavera se da al verano,
como
el otoño hace brotar el invierno.
Y
sigues frente a mí con tu incertidumbre,
mas
yo, me libero de culpa, que Dios me perdone.
Hubo
alguien quien avivó mi fuego interior,
ese
gitano que es el viento del gozo y
mi
tormento.
AMOR
Golondrina
tibia, tu voz,
resonando
en mis oídos.
Azul
celeste, tus ojos,
vaticinando
un encuentro.
Ramas
seguras tus brazos,
adelantando
un abrazo.
Sonrisa
perpetua en tu boca,
demorando
ese beso, que tanto deseo.
Crisálida
frágil, tu presencia,
marcando
el follaje de tu pelo moreno.
Pléyade
de estrellas, tu canto,
llamando
a las ninfas del bosque.
Joya
opalescente el tenerte,
desafiando
el tiempo y sus días.
Nívea
flor, tu nombre…
Recostado
sobre mi alma.
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