EL TIPO
Y
hoy que vivo enloquecido
porque
no te olvidé
Ni
te acuerdas de mí
¡Grisel!
¡Grisel!
Contursi-Mariano
Mores
Como siempre
esperé en la esquina. Los pibes me cargaban pero no me importaba si podía estar
con ella. "¡Dominado!"- me gritaban cuando me veían cargando sus
carpetas. "Sigue sin novio" me decían sus amigas y me guiñaban el
ojo.
Parecía
ignorarlas y caminaba la primera cuadra en silencio pero cuando nos alejábamos
de todos aparecía la Alba que yo quería, la que hablaba hasta por los codos y
se reía cada dos minutos, la que me miraba a los ojos con picardía escondida,
la que me mostraba esos poemas que nadie había visto, la que me hablaba de la
importancia de la virginidad, la que me contaba todo.
Llegaba a la
casa, entonces volvía ya sin el uniforme del colegio y nos sentábamos en el
pequeño paredón del frente y siempre era poco el tiempo para estar con ella.
A veces
aparecía la Alba melancólica, la que hablaba del "tipo": su príncipe
azul, un hombre alto y elegante que sabía como tratar a una mujer, guiarla,
llevarla a un restorant caro y darle todos los gustos, el tipo casado que
conoció en Gesell hace dos años, el de la hija más grande que ella, el del auto
importado, el del hotel.
Ese día habían
pasado ya dos meses que no la llamaba. Estaba en silencio y seria, parecía no
querer hablarme. Me sentía idiota y disgustado, con tantas ganas de decirle
tanto y sin embargo diciéndole nada. Fue entonces que casi llorando la abracé
sin mirarla y comencé a besar su cuello lentamente. Luego fueron nuestras bocas
las que se juntaron.
-Te quiero-
le dije feliz a sus ojos. Esquivó mi mirada.
-¿Querés ser
mi novia?
-No tan
rápido- me dijo alejando su cuerpo del mío.
-¿No te
gustó?
-Me gustó
mucho- me dijo antes de besarme de vuelta y despedirse con una sonrisa
guiñándome el ojo.
Feliz me fui
cantando un tango por las calles de Castelar con la misma sonrisa que ahora se
dibuja en mi rostro cuando recuerdo sus ojos, su boca, esa despedida, aquel
tango, Grisel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario