jueves, 10 de enero de 2008

LEONOR FARIAS



LA DESCARRIADA

Porque lleva a cuestas demasiados agostos y se atreve.
Por los hijos que ansió, cuando casi de nietos se trataba
y la sangre le corre desbocada, cuando se espera manso el lago.
Porque la señora respetable desea que le falten el respeto
y su figura escuálida no le cede paso a las formas de los años.
Cuando debiera estar encarrilada, se ríe de las ordenanzas
y temeraria renuncia al abrigado nido.
Por el pecado de desear lo ajeno y la osadía de dormir desnuda.
Por el romanticismo, la utopía, la avidez y la ira.

Fue condenada
(y no le importa)
Sigue la vida, la descarriada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desacarriada, me gustas mucho.