miércoles, 16 de enero de 2008

CORA STÁBILE



EL AYER PINTADO DE VERDE


Nunca me importó demasiado la forma de vestir. Jamás fui a un desfile y nunca compré una revista para enterarme qué iba a usarse en la temporada siguiente. Siempre me puse lo que me gustaba, me resultaba cómodo y podía comprar sin empeñarme.
Como jamás valoré a la gente por su aspecto exterior, no me ocupaba demasiado del mío.
Pero hoy recuerdo aquel pantalón de corderoy finito color verde seco.
¡Cómo lo amaba! Dejaba de usarlo sólo para lavarlo,.
Me lo ponía para cualquier ocasión, sólo variaba, y no demasiado, las prendas que cubrían mi torso.
Cuantas veces escuché a Papá preguntándome:
-¿No tenés otra cosa para ponerte? - Y yo me reía sin sentirme afectada en lo más mínimo y, por supuesto, lo seguía usando todas las veces que se me daba la gana.
Hace más de 26 años que el Viejo falleció y ahora me doy cuenta que jamás volví a enamorarme así de otra prenda.Me gusta sumergirme y bucear por los canales que recorren los vericuetos del alma, estoy convencida de que la casualidad no existe, pero ... ¿cuál es la causa que me empujó a hacer este viaje al ayer? Acaso, como tantas otras veces, sea la consigna recibida en el taller de escritura para volver a la semana siguiente con un nuevo trabajo y la misma pasión.

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