LOS ANIMALES:
PROTAGONISTAS LITERARIOS
Octavi
Franch
Cuando
escribo un cuento o novela infantil nunca me planteo si los animales tienen que
ser más o menos protagonistas que las personas, ya que para mí son todos
iguales en el mundo de la ficción. Porque si los escritores hacemos hablar, por
ejemplo, a los animales que aparecen en nuestras historias, ¿por qué motivo
tendría que haber diferencias entre ellos y los humanos de los cuales hablamos
en nuestros libros?
Por
lo que respecta a mi obra literaria dirigida a los más pequeños, tanto la
publicada como la inédita, siempre ha habido y habrá un protagonista animal más
especial que los demás: mi perro Drac. Mi hijo peludo, como siempre le he
llamado y siempre me dirigiré a él, era un west-highland white terrier, un
westie o westy como se conoce en el universo perruno. Era blanco, pequeño y el
ser vivo más cariñoso y leal que nunca he conocido, y que muy probablemente
nunca conoceré. Por desgracia, murió de un infarto el 31 de julio de 2009 con
solo nueve años y medio de vida. Durante ese tiempo, fue mi mejor amigo y el
ser que más he amado juntamente con mi madre y mi esposa.
Curiosamente,
Drac ya era uno de los personajes principales de una de mis primeros libros
para adultos, una novela policiaca publicada en 2001. Pero lo fue sin haberlo
conocido todavía. Me explico: creé el personaje antes de tener al perro. Y la
verdad es que cuando conocí a Drac era exactamente igual que el que había
creado para la novela. Misterios de la vida. Pero volviendo al Drac personaje,
ha aparecido ya en tres de mis historias publicadas para los más jóvenes: en
dos cuentos y en una novela. En uno de los cuentos, ¡Aprende a maullar!, es
además el protagonista principal.
Aparte
de este entrañable y juguetón perrito, en otras de mis obras infantiles
aparecen otro perro, un gato, tres gusanos, una mariposa y hasta un murciélago.
Como veis, todo un mini zoológico que convive, con total naturalidad, con los
niños y niñas de mi universo literario.
Pero
como soy un fanático de los dragones (de ahí el nombre de mi querido y ausente
perro: Drac significa Dragón en catalán) —de hecho colecciono cualquier figura
alegórica y los tengo ordenados en estanterías por colores, desde el blanco
hasta el negro, pasando por el rojo, mi favorito— lógicamente éstos también
aparecen en mis libros, tanto los que son para adultos como los que aquí
tratamos. En concreto han aparecido en dos de mis libros: un cuento largo que
también es obra de teatro y en un cuento breve, ambos ambientados en el bosque
y con personajes medievales clásicos por en medio, como caballeros y princesas.
Eso
sí: mis dragones siempre son los más buenos de las historias.
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