POEMAS
Juana Rosa Schuster
MAÑANA
Despiértame
mañana, cuando el hombre deje de ser el lobo del hombre.
Despiértame
mañana, cuando la jauría humana, comprenda el
significado
del vocablo ”misericordia”.
Despiértame
mañana, cuando la palabra “guerra” sea borrada de la boca de todos los seres
humanos.
Despiértame
mañana, enciende candelas para una plegaria, el viento arrastra negras predicciones.
Despiértame
mañana, quiero que las luces de la paz encandilen
los
ojos de todos nosotros.
Despiértame
mañana, cuando las personas no vivan felices con su culpa.
Despiértame
mañana, quiero que tus caricias calmen los
moretones
del alma.
Despiértame
mañana y dime que no existieron ni el Apartheid
ni
el Holocausto.
Despiértame
mañana, cuando gaviotas azules, traigan en sus picos el canto de la esperanza.
Despiértame
mañana y dime que la placidez del agua que en mi piel
revolotea,
cubre las almas del mundo, porque ya reina la paz.
Y,
si no es así, no me despiertes, prefiero morir durante el sueño…
para
no sentirme defraudado.
(Este poema contiene una cita de
Hobbes)
SED DE PAZ
Aquel
soldado que llora en la trinchera,
aquel
muchacho agonizante que me muestra la foto de los padres,
aquel
viejecito que lleva grabado un número en su brazo,
no
entienden.
No
comprenden por qué.
No
interpretan la sordera de los hombres,
la
necedad, el egoísmo, la maldad.
Si
hasta en el cerro más solitario y escarpado,
resplandece la obra de la creación.
Si
la paz forma parte de lo que nuestro Señor desea.
Si
los inmigrantes que huyen, son nuestros hermanos.
A
veces, yo tampoco entiendo.
¿Será
que no conocen el equilibrio maravilloso de la naturaleza?
Desaparece
una crisálida y surge una mariposa.
Silba
el viento en callejones de montaña,
y
ellos manejan las ametralladoras.
Pobres seres
que no valoran la paz.
En
tentáculos mortales,
transformaron
sus dedos.
Tienen
ese murmullo
Que
jamás se cansa:
la
monotonía
del
odio incesante.
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