POEMAS Rodolfo Livingston
L
A N vuelo 901
Por
allí abajo, América se dilata
lenta
y enorme.
a
mil kilómetros por hora
las
ganas de verte
tu
tristeza y la mía,
las
formas chiquitas
en
que imagino nuestro encuentro.
Contra
el motor las mismas estrellas.
Todo
es seguro con el pasaje,
la
corbata, y el whisky.
Y
en el diario está la foto
de
Ernesto Guevara con una bala en el corazón.
Me
crece en el alma
el
tamaño de un hombre
te
quiero Cecilia
y
sin embargo
siento
vergüenza aquí y ahora
de
estar viviendo.
YO C O
R R O
Cuando
la ciudad amanece
y
crece la luz sobre las copas
de
los árboles,
o
llueve sobre las baldosas grises,
yo
corro.
Cuando
estoy triste y el espacio
es
nada y el tiempo es
NADA
y estoy desesperado,
yo
corro.
corro
por la ciudad
vacía
de Mónica
corro
desesperado
envejecido
vencido,
vacío;
pero
yo corro.
corro
llorando
corro
porque sí,
corro
por lo que queda de mí.
G
R A C I A S
Suena
la música inmensa del Brasil
bailo
solo
mirando
las nubes, en mi terraza.
Me
río y lloro, poderoso de mí,
pobre
de mí
que
estoy tan triste y tan raro.
Mi
corazón me dice sin embargo
que
estoy terriblemente vivo
porque
puedo amar
porque
puedo llorar
y
porque puedo bailar sobre mis lágrimas.
Gracias
Gina,
Gracias
María Luisa,
Gracias
Juanito,
Gracias
Laura, Orlando, Tato y todos mis amigos.
Gracias
por ayudarme a vivir
por
enseñarme a querer y
gracias
a Dios por estar vivo.
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