Recuerdo a Juan Ramón
Juana
Schuster
¿Viste
platero? la simetría de los pinos en el centro del villorrio. Obsérvala bien.
Parece que la mano de dios los ubicó de esa manera. Fíjate. Los más jóvenes
están adelante. Tus ojazos curiosos me miran y entienden. Porque tú, borrico
mío,
comprendes todo aquello que digo.
Avancemos
un trecho más. ¡Qué bien luces con la cinta que até a tu cuello!
Ya
sé. Quieres otra manzana.
Tengo
el bolso lleno. Cuando emites ese ronroneo, es porque pides fruta,.una pera madura,
un durazno jugoso como los de la quinta de don Fermín.¡ mira lo goloso que
eres!
Te
daré una roja ni bien lleguemos a esa laguna. ¡Ah! ¡Ese embalse con los patos!
No,
es imposible llevarnos uno a tu establo. Necesitan estar en su ambiente.
Además, ¿qué haría yo con un burro y un pato?
Debería
aprender el idioma de ellos.
Ya
se percibe la franja azulada. Unos metros más y llegaremos. ¡mira platero! las
niñitas del pueblo juegan en la orilla. Es grato verlas. Chapotean, gritan,
cantan, sus voces se mezclan con la suave brisa invitada a la cañada.
Toma,
aquí tienes tu merecida manzana.
Mientras
platero le clava los blancos dientes, y la gratitud se refleja en su mirada, me
pregunto qué sería de mí, sin él; qué sería de este borriquillo sin mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario