FINAL Marta Becker
Hoy
estamos en la habitación de siempre, una luz tenue ilumina nuestros cuerpos
desnudos y el desgano pesa. Del otro lado de la pared se escuchan voces
ahogadas, gemidos, un fatigado grito último y luego silencio.
Enciende
un cigarrillo, me lo da y prende el suyo. No hablamos. El humo asciende en
arabescos. Bebo un sorbo de whisky y espero alguna reacción de su parte.
En la
insomne penumbra percibo su nerviosismo. No sabe cómo empezar y no le daré pie
para hacerlo, aunque podría tomar yo la iniciativa, total, pensamos lo mismo.
Pero una fuerza intrínseca me dice que no debo comenzar.
-Lo
nuestro no puede ir más allá… hemos traspasado el paraíso para situarnos en el
umbral del aburrimiento, dice.
-Es
verdad, nada nuevo que nos conmueve…
-Tal vez
en el tiempo y la distancia nos extrañemos…
-Lo dudo,
pero que quede pendiente será una señal…
Las
mujeres se volvieron a reunir después de 20 años.
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