jueves, 20 de febrero de 2014

Juana Rosa Schuster


POEMAS Juana Rosa Schuster

Desamor 
Que me vaya.
Que junte las cosas.
Armo la maleta y acomodo el desamor bajo la ropa.
El señorito se ha cansado de mí.
Dos copas vacías descansan sobre el mantel.
Vacías, las copas, entablan un diálogo.
Las caricias partidas caen y se pulverizan.
Polvo agonizante nacido en las voces de aquellos suspiros.
El sol de Granada ha perdido su brillo.
Moneda gastada, hace reproches.
Temores viscerales que no me dejan partir.
Abandonar la casa que huele a blanca leche tibia.
Tal vez, cuando no esté, me arme en la mente.
Dicen en los cortijos que todo lo que se va, permanece.
Que saque las fotos.
Que deje el canario.
Que cierre la puerta.
Que no diga nada…
Que me lleve al niño.

El Perdón

Le perdoné la vida.
Acá tengo el arma en la mano.
Me dio mucha pena todo lo que dijo.
Pulsó en mí los mecanismos de la memoria.
Recordé cuando jugaba con él, cíclope respetado por todos.
Tiene muchos años de vida.
Acumuló sufrimientos en el corral de los acontecimientos.
Calores infernales, tempestades, lluvias furiosas.
Reumatismo peculiar por el paso del tiempo.
Quebraduras en los brazos hechas con mala intención.
Es amigo de todos, vecinos, paseantes, novios, ancianos.
En épocas de sequía, nadie le alcanza agua.
Habla todos los idiomas del mundo.
Es tan sabio que sabe leer las mentes.
Conoce el nombre de todas las calles.
¿Para qué matarlo?
No está fornido como antes,
tampoco tan endeble.
Aquí le dejo el hacha.
Renuncio como leñador.


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