A veces
up, a veces down
María A. Escobar
Pero cuando el mundo estaba culo para abajo, ella se apoltronaba cerca de la estufa y tejía. Tejía cosas que nadie usaba, ni siquiera ella. Se usaban los buzos de algodón. Eso era lo que sus hijos usaban: buzos con inscripciones en inglés, ellos que malentendían el castellano, que no leían ni escribían, porqué sumarles ésta confusión, un idioma ajeno. Qué poca cabeza, Dios. Qué poca cabeza. Tejer la ayudaba a pensar éstas y otras cosas. Y luego, qué pronto oscurecía y el frío cada vez más intenso. Casi se sentaba sobre la estufa. Las ocho, mi Dios y ella con ese punto nuevo que no le salía. Llegaría el marido.
Entonces llegaría el marido. Qué hay para comer? Te parece una tortilla, en un segundo te la hago. Ella tan solo una sopa con cubitos. Los chicos comerían en algún Mc Donalds y así estaban. Y Así estaban las cosas cuando el mundo estaba culo para abajo.
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