Tus caricias
Juana Rosa Schuster
Sola,
no.
Me
acompañan las rojas odaliscas
de
fuego de la chimenea.
No
es cierto que esté en soledad.
La
vacilante luz de la vela,
también
está conmigo.
Sola,
no.
Se
escucha la respiración del lebrel
junto
a los leños.
En
la bruma mundanal de mi existencia,
todas
las cosas que he pasado
están
aquí conmigo.
Sola,
no.
Veo
muchas cosas cuando no voy a ninguna parte.
Me
rodean tus decisiones más profundas.
¿Por
qué creer que estoy sola?
¿Si
tengo recuerdos fragmentados de nuestros
encuentros?
Si
penetré en un espacio inquietante,
donde
mi mente confunde realidad y ficción.
Sola,
no,
…me acompañan tus caricias perdidas.
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