domingo, 23 de abril de 2017

Adela Leonor Carabelli

 BUSCANDO UN ESPEJO  
Adela Leonor Carabelli


Era capaz de mirarse en el agua que a veces corre, aceitosa, tornasolada, junto al cordón de la vereda. La mancha tomaba cien formas. Se veía soñando en el bisel de un vidrio roto. Pero un espejo, eso le hacía falta... Saber en qué se había convertido… Sin descanso siguió los ríos correntosos. Pasaba el agua rumbo al mar, como en un soplo. No había tiempo para mirarse en ella. Si la tomaba con la mano, se le escurría entre los dedos… Tenía que transformarse en espejo y llamar a otro espejo…¿Si el otro no accedía? Comenzó a buscar en bolsas de basuras. A veces hay vidrios, y espejos rotos. Nada. Se sentó. Fue anotando lo visto y las posibles soluciones…Un espejo. Uno solo. Y recordó. De chica, le encantaba jugar en la habitación de sus padres. A veces, abría la puerta central del ropero, que tenía un espejo ovalado. Abría también la puerta más pequeña de la derecha. Por dentro había un espejo. Ella se ubicaba entre espejo y espejo, cerraba las dos puertas del ropero a su alrededor, y nacía un mundo en que se veía aquí, aquí, aquí. De frente o de perfil. Siempre se asombraba ante esa magia de ser y de ser y de ser y se sentía feliz…Quizá era el camino.

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