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Adela Leonor Carabelli
BUSCANDO UN ESPEJO
Adela
Leonor Carabelli
Era capaz
de mirarse en el agua que a veces corre, aceitosa, tornasolada, junto al cordón
de la vereda. La mancha tomaba cien formas. Se veía soñando en el bisel de un
vidrio roto. Pero un espejo, eso le hacía falta... Saber en qué se había convertido…
Sin descanso siguió los ríos correntosos. Pasaba el agua rumbo al mar, como en
un soplo. No había tiempo para mirarse en ella. Si la tomaba con la mano, se le
escurría entre los dedos… Tenía que transformarse en espejo y llamar a otro
espejo…¿Si el otro no accedía? Comenzó a buscar en bolsas de basuras. A veces
hay vidrios, y espejos rotos. Nada. Se sentó. Fue anotando lo visto y las
posibles soluciones…Un espejo. Uno solo. Y recordó. De chica, le encantaba
jugar en la habitación de sus padres. A veces, abría la puerta central del
ropero, que tenía un espejo ovalado. Abría también la puerta más pequeña de la
derecha. Por dentro había un espejo. Ella se ubicaba entre espejo y espejo,
cerraba las dos puertas del ropero a su alrededor, y nacía un mundo en que se
veía aquí, aquí, aquí. De frente o de perfil. Siempre se asombraba ante esa
magia de ser y de ser y de ser y se sentía feliz…Quizá era el camino.
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