Imágenes Rubén Amato
Son
fugaces. Son de otros tiempos. Te sorprenden en cualquier rincón de la casa, en
algún recoveco de la ciudad y da la sensación de que se pueden tocar. Son esas
imágenes de la felicidad. Es la confirmación de que podemos ser felices. Eso.
Medio complejo de describir con palabras. Pero es que no se parecen a nada en
concreto. Y al mismo tiempo nadie puede negar que las ha sentido con las
famosas "mariposas en el estomago". Se podría decir que se ven? No de
una manera palpable y sin embargo sería, de los sentidos, el que más se acerca
(como para que tengan una idea ). Hasta a veces el sentido del oído es el que
más se acerca. Eso. El oído participa bastante del armado. Como cuando escuchas
una canción y le pones encima escenas. Muy propias. Muy de vos. Muy de "tu
propia película”. Pero diferente. Porque sabes que?. Estas imágenes traen un
soplo de esperanza. Ganas de silbar. Melodías para seguir. Están como contándote que el futuro es
posible por más que el presente no sea muy prometedor y el pasado -como
siempre- te tire a un costado. Eso. Y te cuento ¿donde las encontrás?...
Están
en el viento. En las hojas de un cuaderno de la infancia. En la ventanilla del
tren. En una tibia siesta de verano. En la gente del barrio que te saluda y
sonríe bien cuando te encuentra. En un cortado en vaso. En el juego de los
niños ( en sus abrazos ). Como explicarte... se van armando como un
rompecabezas. Las ves con el corazón. Las escuchas con los recuerdos sanos. Y
las palpas con el olfato. No trates de atraparlas porque se asustan y
"plop" se desvanecen en tu alma hasta que sientan que vos le permitís
manifestarse. No las tenes que memorizar. Sólo hay que disfrutarlas abrazándolas
con un sólo y verdadero parpadeo de placer... Eso. Ahí se te quedan como
impregnadas por toda la piel. Es como que te suavizan las neuronas y te sentís
pleno y sano.
Quédate
un rato en silencio...
¿Después me contas...?
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