UN INSTANTE
Nadie sabe con certeza cuando ocurrió.
-Puedo hacerlo, estoy seguro que puedo lograrlo.
-No podrás, no eres tan fuerte todavía.
-Pero si lo hago será maravilloso.
-Pero no durará mucho y además morirás indefectiblemente.
-¿Pero no crees que valdrá la pena?
-Sí...
Entonces, aquel hombre, concentró en su corazón toda la tristeza del mundo. Pero solamente duró un instante. Su corazón no aguantó tanto dolor y el hombre murió casi de inmediato. Aunque las penas volvieron a quedar en libertad rápidamente, desparramándose otra vez entre la gente, y pocos llegaron a darse cuenta de lo que había ocurrido; la humanidad completa
-todas y cada una de las personas que andaban por estos lugares en aquellos días- había sido feliz durante aquel fugaz instante.
-¿Oíste eso?
-Sí.
-La música que provenía de abajo, a eso me refiero, ¿la oíste?
-He dicho que sí.
-¿No te sorprende que haya sido tan parecida a la que se oye por aquí?... Pero duró muy poco...
-Lo sé.
-¿Y que más sabes que yo no sé?
-Fue él...
-Ah... ¿Logró sobrevivir?
-No.
-Ah... ¡Qué lástima!... ¿Le habías advertido?
-Sí, pero no le importó.
-¡Qué lastima!...
-Sí, una lástima... Pero... fue maravilloso.
PERDIDOS
-Disculpe usted, ¿podría decirme dónde estoy? Creo que me he perdido.
-Estamos en mí.
-¿En usted? ¿Cómo que estamos en usted? ¿Qué significa eso? Bueno, en fin, no me importa, cada loco con su tema. ¿Podría indicarme, por favor, cómo salir?
-No lo sé, yo también estoy perdido.
-¿Me dice que estamos en usted, y que usted mismo está perdido?
-Exacto. Mi desgracia es que todos los caminos que emprendo son un recorrido por dentro de mí, y aun así, casi siempre me pierdo.
MUNDO FUTURO
Una vez, hace tiempo, caminando por la calle, me llamó la atención lo que rezaba un cartel pegado sobre una puerta:
"Vivimos en un mundo llamado Futuro, donde el presente muere antes de nacer. Y, por supuesto, el pasado no existe. Aquí todo está por comenzar: los corazones, siempre a la expectativa, palpitan veloces; y los ojos no dejan de brillar imaginando lo que será. La culpa y el remordimiento nos son ajenos: ENTRADA GRATIS SÓLO POR HOY."
Cuando quise entrar, un guardia me detuvo diciéndome que estaba prohibido ingresar con cualquier tipo de recuerdo; debiendo dejar en la puerta todos los que llevaba. Seguí entonces mi camino, no entré: no quise olvidarte.
LA PREGUNTA
En mi caso fue diferente. Desperté en un espacio completamente oscuro, donde no se escuchaba ningún sonido y, por supuesto, nada se veía. De repente, una voz susurró en mi oído una pregunta que desde entonces me perturba como un aguijón en el alma: "¿Valió la pena?".
Ya no puedo quedarme más tiempo, perdón… Pero antes de irme quisiera pedirles un favor: no me llamen así, no me llamen fantasma, se los suplico..., duele, duele mucho...
DORMIDOS
-¿Sigue durmiendo el Señor?
-Sí, no ha despertado.
Un día después:
-¿Está despierto el Señor?
-No, aun duerme.
Una semana después:
-¿Puedo ver al Señor?
-No es posible: duerme.
-¿Cuando se levanta?
-No sabría decírselo.
-¿Pero es que no se ha despertado en todo este tiempo? Tu Señor está muerto.
-No lo está.
-¿Cómo lo sabes?
-Respira.
-Entonces despiértalo, ¡es importante!
-No puedo.
-¿Por qué?
-Sus órdenes fueron estrictas.
-¿Y cuáles fueron esas órdenes?
-No puedo decirlo.
Y que por ningún motivo me despierten hasta que el mundo lo haga. Antes sería perder el tiempo. ¿Entendido?
-Perfectamente, Señor.
Nadie sabe con certeza cuando ocurrió.
-Puedo hacerlo, estoy seguro que puedo lograrlo.
-No podrás, no eres tan fuerte todavía.
-Pero si lo hago será maravilloso.
-Pero no durará mucho y además morirás indefectiblemente.
-¿Pero no crees que valdrá la pena?
-Sí...
Entonces, aquel hombre, concentró en su corazón toda la tristeza del mundo. Pero solamente duró un instante. Su corazón no aguantó tanto dolor y el hombre murió casi de inmediato. Aunque las penas volvieron a quedar en libertad rápidamente, desparramándose otra vez entre la gente, y pocos llegaron a darse cuenta de lo que había ocurrido; la humanidad completa
-todas y cada una de las personas que andaban por estos lugares en aquellos días- había sido feliz durante aquel fugaz instante.
-¿Oíste eso?
-Sí.
-La música que provenía de abajo, a eso me refiero, ¿la oíste?
-He dicho que sí.
-¿No te sorprende que haya sido tan parecida a la que se oye por aquí?... Pero duró muy poco...
-Lo sé.
-¿Y que más sabes que yo no sé?
-Fue él...
-Ah... ¿Logró sobrevivir?
-No.
-Ah... ¡Qué lástima!... ¿Le habías advertido?
-Sí, pero no le importó.
-¡Qué lastima!...
-Sí, una lástima... Pero... fue maravilloso.
PERDIDOS
-Disculpe usted, ¿podría decirme dónde estoy? Creo que me he perdido.
-Estamos en mí.
-¿En usted? ¿Cómo que estamos en usted? ¿Qué significa eso? Bueno, en fin, no me importa, cada loco con su tema. ¿Podría indicarme, por favor, cómo salir?
-No lo sé, yo también estoy perdido.
-¿Me dice que estamos en usted, y que usted mismo está perdido?
-Exacto. Mi desgracia es que todos los caminos que emprendo son un recorrido por dentro de mí, y aun así, casi siempre me pierdo.
MUNDO FUTURO
Una vez, hace tiempo, caminando por la calle, me llamó la atención lo que rezaba un cartel pegado sobre una puerta:
"Vivimos en un mundo llamado Futuro, donde el presente muere antes de nacer. Y, por supuesto, el pasado no existe. Aquí todo está por comenzar: los corazones, siempre a la expectativa, palpitan veloces; y los ojos no dejan de brillar imaginando lo que será. La culpa y el remordimiento nos son ajenos: ENTRADA GRATIS SÓLO POR HOY."
Cuando quise entrar, un guardia me detuvo diciéndome que estaba prohibido ingresar con cualquier tipo de recuerdo; debiendo dejar en la puerta todos los que llevaba. Seguí entonces mi camino, no entré: no quise olvidarte.
LA PREGUNTA
En mi caso fue diferente. Desperté en un espacio completamente oscuro, donde no se escuchaba ningún sonido y, por supuesto, nada se veía. De repente, una voz susurró en mi oído una pregunta que desde entonces me perturba como un aguijón en el alma: "¿Valió la pena?".
Ya no puedo quedarme más tiempo, perdón… Pero antes de irme quisiera pedirles un favor: no me llamen así, no me llamen fantasma, se los suplico..., duele, duele mucho...
DORMIDOS
-¿Sigue durmiendo el Señor?
-Sí, no ha despertado.
Un día después:
-¿Está despierto el Señor?
-No, aun duerme.
Una semana después:
-¿Puedo ver al Señor?
-No es posible: duerme.
-¿Cuando se levanta?
-No sabría decírselo.
-¿Pero es que no se ha despertado en todo este tiempo? Tu Señor está muerto.
-No lo está.
-¿Cómo lo sabes?
-Respira.
-Entonces despiértalo, ¡es importante!
-No puedo.
-¿Por qué?
-Sus órdenes fueron estrictas.
-¿Y cuáles fueron esas órdenes?
-No puedo decirlo.
Y que por ningún motivo me despierten hasta que el mundo lo haga. Antes sería perder el tiempo. ¿Entendido?
-Perfectamente, Señor.
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